Una velada de novela: Se celebró en la ciudad “La Noche de los Libros”
15.05.2013 23:26
Las librerías que hicieron posible el evento fueron: El Aleph, Técnica, Oliva, Homo Sapiens, Buchín, Logos, Ross, Ameghino, Puerto Libro y Stand EMR – UNR. Los locales permanecieron abiertos hasta las 24.
(Por Santiago Minaglia) En “La Noche de los Libros” la gente disfrutó de descuentos, promociones y charlas para homenajear la semana del libro. La celebración se realizó principalmente en los locales céntricos y contó con un gran apoyo de la ciudadanía que los colmó en busca de la magia que se proyecta cada vez que se abre una nueva historia.
Había un aire novelístico en la noche del viernes que dio inicio al acontecimiento. En Homo Sapiens se respiraba olor a café, podía escucharse el tintineo de los pocillos repiqueteando de cuando en cuando y el murmullo constante de las personas como un bajo perpetuo en ese mundo lleno de mundos que era la librería. La gente asistió a montones y los anaqueles no tardaron en ser asediados por manos que sacaban y regresaban libros. En el fondo, niños acompañados de sus padres dibujaban con crayones los personajes que en sus mentes aparecieron cuando les leyeron algunos cuentos.
Por su parte, los jóvenes dieron el presente contradiciendo aquella adocenada generalización que asegura que estos no leen. A propósito de lo anterior, los libros más comprados por la juventud resultaron ser los que forman parte de la cultura del denominado campo nacional, es decir, autores como Arturo Jauretche y Raúl Scalabrini Ortiz, que en la década del noventa desaparecieron de las librerías porque había poco interés en leerlos. Parece ser que a partir del acercamiento de los chicos a la militancia y a la política se dio este tipo de ventas que tiene que ver con la formación de los militantes de otra época.
No obstante, la literatura fantástica no perdió su lugar. Tolkien (el autor de “El Señor de los Anillos”) encabezó la lista de los más vendidos en cuanto a aventuras épicas se refiere. Pero la juventud también compró escritores como Lovecraft (acaso el creador de la antesala que posibilitó la mitología tolkiniana), Stephen King e Isaac Asimov. Muchos de los jóvenes allí presentes dijeron que lo que los atrae a un libro son, por lo general, causas intertextuales; un hilo conductor tejido azarosamente que conecta a los diferentes autores y los distintos géneros.
En el plano local, Cortázar y Borges mantienen la importancia de antaño. Cortázar, el cronopio irreformable, sigue hablándole a la gente a través de sus cuentos y novelas. Cabe recordar que el éxito de Rayuela (que este año cumple medio siglo) fue debido a los jóvenes de aquella época, que encontraron una nueva forma en la novela a partir de la obra. Ésta propuso un juego nuevo (con toda la seriedad que Cortázar aplicaba cuando tenía que jugar) ante los usuales ya gastados. Y también hubo algo de Rayuela en Homo Sapiens, con nocturnos de Chopin sonando de fondo y la gente dejándose ganar por la noche, por los libros.
Cortázar imaginó el texto “Los Reyes” en un colectivo. Inspirado por una pulsión que jamás buscó comprender, encontró en el minotauro al poeta atrapado por el sistema, al diferente. La palabra inspiración parece describir perfectamente lo que sucedió con el escritor cuando le vino la idea, puesto que además, el relato está escrito con un lenguaje poco cortazariano. Tal es así que atribuyó lo sucedido a algún tipo de memoria genética.
“Teseo procede como un perfecto fascista”, señaló Cortázar para dejar en claro la nueva visión que él da del supuesto héroe. Cabe mencionar que la gente que visitó al minotauro no regresó porque encontraron en él verdadera salvación y se quedaron por voluntad propia a vivir en el laberinto. El sistema, no conforme con encerrar al poeta, lo mandó a matar cuando vio que estaba influyendo demasiado en la gente. No deja de ser curioso cómo la misma visión se le presentó el mismo año a dos de los genios más grandes de la literatura y ambos, aunque con diferentes formas, supieron contarla perfectamente.
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