Un grano de arena en una montaña de ayuda

(Por Damián Balceda) La explosión del edificio ubicado en calle Salta al 2100 no sólo dejó el trágico saldo de 21 víctimas fatales, sino también numerosos heridos y otros tantos que se quedaron sin un hogar propio. De la misma manera suscitó la aparición de miles de historias de héroes anónimos que trabajaron de manera ininterrumpida con la esperanza a cuestas de aquellos que hicieron un apoyo moral permanente. El siniestro fue de tal dimensión que el cuerpo de bomberos locales no pudo hacer frente por sí mismo y necesitó la colaboración de otros colegas que rápidamente se movilizaron hasta la ciudad cuna de la bandera para “dar una mano”, tal como lo recuerda Andrés Villata, integrante del Cuerpo de Bomberos Voluntarios de Casilda.

 “Me enteré de lo que había sucedido por televisión, como la mayoría de mis compañeros. Estaba en mi trabajo particular y a los pocos minutos fuimos convocados por el Sub Jefe a cargo de la brigada para trasladarnos hasta Rosario con nuestro autobomba”, narró el joven que presta su servicio a la comunidad desde hace unos diez años. Desde la experiencia de cualquier persona se puede pensar que estos hombres están preparados para afrontar este tipo de situaciones límites, sin embargo el casildense admitió que las emociones no se controlan hasta no ver con los propios ojos el desafío que se tiene por delante. Durante la casi hora y media que duró ese viaje, él y sus compañeros (Nicolás Pradolini, Cristian Zanabria, Federico Cenesi, Pablo Polletto, Felipe Ríos) sentían la misma angustia que sufrirían en los días posteriores.

 El arribo al sitio en cuestión le mostró un panorama de suma desesperación. “Tres o cuatro cuadras antes de llegar ya veíamos gente corriendo, gritando y llorando. Fue todo como una película”, detalló Villata. A su vez aclaró que su grupo no estuvo directamente afectado a la torre que se desplomó, sino que en primera instancia recibieron la orden de revisar un edificio aledaño para buscar personas que pudieran haber quedado atrapadas. 

“En ese momento en el cual entrás en acción se te pasan mil cosas por la cabeza y obviamente no tomás real dimensión de donde estás situado”, comentó el hombre que pasó por muchos rescates a lo largo de su carrera. Sin embargo se sinceró y afirmó que este siniestro “no tiene comparación con nada”. La magnitud del hecho y las personas que se vieron involucradas, directa e indirectamente, lo transformaron en el peor desastre de la historia de la ciudad.

 El cuadro de bomberos que encabezó el Sub Jefe, Fernando Di Nicola, se avocó a revisar un sitio que estaba enmarcado a unos 30 metros del lugar de la explosión. Sin embargo sobre calle Salta había pertenencias de todo tipo que literalmente volaron y se mezclaron entre los vidrios, la arena y las ramas de algunos árboles. “Había cosas por todos lados, aun nosotros que trabajamos un poco alejados encontramos libros, colgantes, partes de celulares o aparatos electrónicos. Uno ni siquiera sabe si eran de personas que finalmente sobrevivieron, y vamos a vivir siempre con esa incertidumbre”, agregó Villata a su estremecedor relato.

 La presencia del cuerpo de bomberos de Casilda no duró demasiado, aunque sirvió y quedará marcada en su retina. “Estuvimos laburando todo ese martes lo más rápido posible y el miércoles por la mañana nos desafectaron para no entorpecer la zona de rescate –confirmó Villata--. Luego algunos de mis compañeros tuvieron que regresar, pero de mi parte no recibí ningún otro llamado”.

 El bombero no quiso entrar en polémica y evitó referirse a las responsabilidades del trágico desenlace que dejó el terrorífico número de 21 muertos y más de 60 heridos. Argumentó que él no es el indicado para juzgar a nadie y no le gusta hablar desde el desconocimiento. Aunque, desde su experiencia como voluntario, sabe que los errores humanos se encuentran siempre a la orden del día.

 Más allá del corto lapso que el oriundo de Casilda pasó en el sitio del desastre, la notoriedad del hecho lo puso en las primeras planas de los periódicos locales y junto a sus compañeros fue reconocido el viernes pasado por la Municipalidad de la capital del departamento Caseros.