Técnicas para comprar alcohol: Una ordenanza que no contempla al consumidor

(Por David Montes) Agustín y Patricio tienen 22 años hace cuatro que estudian en Rosario. A pesar de su dedicación al estudio ambos cuentan que les gusta “demasiado la joda  y que el alcohol es parte importante de la fiesta”. Además, sostuvieron: “Hay cero historia a la hora de conseguir un porrón”.

Respecto al conocimiento o no de que hay una ordenanza que prohíbe la venta de bebidas alcohólicas a partir de las 23, con una sonrisa  cómplice los estudiantes expresaron: “¿Qué es una ordenanza?” por supuesto que sólo fue una humorada. “Mira nos enteramos de la movida porque el flaco del kiosco nos hace ir con las mochilas para comprar el porrón o algo de alcohol, ahí nos enteramos”, explicaron. Patricio aseguró que aunque sepan de eso compran igual. Explicó: “Al que le tiene que importar es al que vende, a mi no me interesa si no pueden hacer nada “.

-¿Cómo es el método que utilizan para comprar las bebidas para que el kiosquero no sea descubierto?

-La más fácil es la de la mochila, pasas, la dejas atrás del mostrador, cargas pagas y te vas. Esa es la común que hace la mayoría. Igual a veces pasa que te olvidas la mochila, entonces ahí si es invierno te metes las botellas adentro de la campera y fue.

-¿Y en verano?

-En verano se complica un poco, pero bueno la que juega es hacerse amigo del kiosquero. Generalmente ya te conoce, conoce a todos los pibes que le compramos, por eso hay buena onda. Sabe que no lo vamos a mandar en cana. Nos presta un bolso o no da bolsitas plásticas que no se vean.

-¿Alguna vez fueron descubiertos?

-Nunca pasa nada, metemos las técnicas sólo por cuidado pero no pasa naranja. Sólo para no joder el negocio del kiosco y poder seguir comprando.

-¿Pueden describir alguna otra técnica para comprar alcohol?

-En realidad no hay muchas, solo tener un poco de cuidado, hay que hacerse amigo del vendedor.

Patricio y Agustín dejan de manifiesto que no les importa demasiado la existencia de la  llamada “Ley Seca”. Como consumidores no les afecta y lo dejan en claro. La ordenanza no parece contemplar la existencia del consumidor.