Sustentabilidad: una materia aun pendiente

17.06.2013 21:46

 

En el marco de los 85 Che, el sociólogo Enrique Leff disertó en relación al desarrollo y la economización de los recursos.

(Por Sabrina Benítez) En el marco de las charlas y los encuentros por el 85° aniversario del nacimiento de Ernesto “Che” Guevara se realizó en el SUM de la Sede del Centro Cívico Región 4 (Santa Fe 1950) la conferencia “Los horizontes de la sustentabilidad”. El sociólogo ambientalista mexicano Enrique Leff y el secretario de Medio Ambiente de la Provincia de Santa Fe, César Mackler, fueron los encargados de esta mesa.

 “He hablado de horizontes pero nunca le había puesto tal título a una charla”, comenzó Leff. Al referirse a los horizontes, el sociólogo, explica que es “algo siempre lejano”, que parece en movimiento pero también es “algo que divide”. Para Leff: “Dividen los mundos, los tiempos, el mar, la tierra, el cielo. Es un punto de división al cual vamos”.

 El sociólogo expresó: “El de la sustentabilidad es el horizonte de la vida, esa vida humana a la cual no terminamos de llegar y vislumbrar”. Además, aseguró que la sustentabilidad está borrada de la percepción del ser humano. La ideología dominante hasta este momento y la forma de pensar el mundo es el progreso. Pero ese progreso no va de la mano con la ecología y el cuidado de los recursos del planeta.

 “Esta ideología es una ignorancia absoluta de las condiciones de la existencia del planeta que habitamos y de nuestras propias condiciones”, explicó. Es decir, a través de ese pensamiento que habitó desde siempre y formó a los seres humanos se perdió “el horizonte de la vida”. Sin embargo, a fines de los ‘60 y principios de los ’70 esta situación cambió. En esos momentos se comprendió que había “algo catastrófico” en la manera de construir el mundo. “El mundo del progreso sin límites”, agregó.

 En esa época, en la que para Leff había muchos rebeldes sin causa, surgieron otros también “con mucha causa”. El sociólogo manifestó: “Surgió el ansia de darle un vuelco a este mundo que por todos lados se percibía y se sentía que no estaba construido a la altura de lo humano”. En el año 1972, se difundió por el mundo desde el Club de Roma el informe “Los límites del crecimiento”. “Vino como un baño de agua fría en las mentes de quienes estaban habituados, como lo habían estado nuestras mentes -sostuvo-, a pensar que nuestro sentido en la vida era el progreso infinito”.

 Un progreso mediante el cual supuestamente terminarían emancipándose los pueblos a través del crecimiento económico guiado por “la mano invisible y otras no tan invisibles” o por la dialéctica de la historia. Para Leff los seres humanos “habían desbarrancado por una ignorancia descomunal”. Esto permitió la aparición de algunas contradicciones. Estas llevaron a la sociedad a reflexionar respecto a la naturaleza y la crisis ambiental.

“Lo que vino a conmocionar el mundo fue esa cuestión de los límites del crecimiento. ¿Cómo vamos a limitarlo? Ahí están todas las ilusiones, ambiciones e intereses”, señaló Leff. Pero esa manera de pensar debió cambiar. Había que pensar en la relación entre el desarrollo económico y las condiciones de la naturaleza. “Vivimos en un planeta con recursos limitados”, apuntó.

 Asimismo, explicó: “El capitalismo no es sustentable, no logra equilibrar su dinámica en relación con el potencial del planeta”. La economía no cesa de demandar en forma creciente de los recursos naturales, recursos no renovables. Esta situación ha tenido “efectos perversos” como la desestructuración ecológica del planeta, los procesos de deforestación y el calentamiento global. Además, para Leff, los planes de modernización han obstaculizado el libre flujo de las aguas y las energías con la formación de diques.

 “Lo que sucede en términos físicos en el mundo es que la materia y la energía se degradan hasta alcanzar la forma del calor y de residuos no reciclables”, argumentó. Ni las tecnologías pueden revertir esa tendencia a la que está yendo el mundo, la tendencia a la degradación. La riqueza biológica que se transformó a lo largo de milenios en recursos fósiles hoy es explotada en un término de pocos años para alcanzar las metas del crecimiento económico.

 “Cuando Nietzsche dijo como premonición inconsciente: ‘El desierto crece’, seguro no pensaba en el cambio climático sino en el desierto del alma humana”. Por otro lado, al detonarse esa alarma ecológica de la insustentabilidad el ser humano reacciona de la manera que se le enseñó “conmoviendo al mundo de la ciencia”. Comienza a reflexionarse sobre cómo la ciencia podría solucionar el problema.

 Se empieza a generar una intención en la economía para “ecologizarse”. Surgen pensamientos de la economía ecológica. Pero en vez de ver cómo ésta podría ajustarse a las posibilidades ecológicas se apropia de la situación, cómo podía “atrapar en sus garras a los bienes y servicios ambientales del planeta”.

 El prefijo Eco fue el que trató de componer todo (eco-marxismo, eco-feminismo). El pensamiento ecológico empezó a ser importante dentro de todas las ideologías y pensamientos. Sin embargo, hoy en día se sabe que “las políticas más fuertes del mundo son aquellas que quieren controlar al cambio climático”. Esto se debe a la economización de la ecología, a ese intento por querer controlar los bienes y servicios del mundo.

 “Se le pone precio a la atmósfera, a los gases, al agua. Se apropian de los servicios, de las cuencas hidrológicas del mundo”, se quejó Leff. “Es un proceso muy perverso y no ha terminado. El llamado desarrollo sostenible es la economización absoluta de la naturaleza y la vida humana”, agregó. Es así como empieza a aparecer ese horizonte que estaba borrado: la sustentabilidad. “Pero primero aparece como desarrollo sostenible”, aseguró. Es decir, surge como un negocio para el capitalismo que busca apropiarse de los recursos.

 Por otro lado, Leff sostuvo: “El horizonte es algo a lo que vamos encaminados. Es lo que se construye en esta nueva lógica de dejar ser. Pero eso no va a darse sin complicaciones”. La naturaleza necesita actuar acorde a sus formas, pero esto nunca va a lograrse, no sin enfrentamiento con los poderes dominantes. “Ahí se va a ir formando esta vía de construcción de la sustentabilidad. “El capitalismo va a ser derrocado, los flujos y las invenciones tecnológicas van a ceder”, aseguró Leff.

 No hay un punto de llegada al objetivo, no sostiene una lógica para saber acertadamente cuándo será, pero será “el resultado de la confrontación de saberes”. Además, opinó: “Se requerirá vivir en la tolerancia donde el respeto a la vida es lógico”. Y concluyó: “No queremos la muerte para la vida, eso está en el destino de cada uno. Queremos la vida para la humanidad, para el planeta vivo”.

 

 

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