“Somos animales de costumbres argentinas”

14.05.2013 00:05

 

Aunque es una estrofa de una canción de Lerner, ese verso representa con exactitud a la obra de Aldo Ruffinengo

De izquierda a derecha: Claudia Bazán, Germán Geminale, Adriana Felicia, Aldo Ruffinengo y Livia Vives

(Por Josefina Casanovas) En un lugar emblemático como la Biblioteca Argentina “Dr. Juan Álvarez”, Aldo Ruffinengo presentó por segunda vez su libro Arqueología de los tiempos. Sin embargo, lo hizo de una manera especial y con muchísimos condimentos culturales: estuvieron en escena el grupo teatral “Sarna con gusto”, el conjunto de baile “Mazamorra” y los alumnos de la escuela toba con su obra Voces de la calle.

Aldo Ruffinengo es Licenciado en periodismo de la Escuela de Comunicación Social - Universidad Nacional de Rosario (UNR). Actualmente se desempeña como profesor de la Universidad en el Postítulo en Periodismo. Desarrolló su profesión en distintos medios locales como LT8, LT3, Radio Río, Cablehogar, Galavisión, el sitio Tomemos y la revista Raíces. Arqueología de los tiempos es su segundo trabajo editorial. Éste cuenta la historia de Argentina a través de los mitos, las leyendas y las costumbres más tradicionales del país. En el 2007 había publicado El mundo cada 30 minutos, obra que observa y analiza la labor de las radios de Amplitud Modulada en Rosario.

 El espectáculo comenzó cuando las seis delegaciones de alumnos de los diferentes colegios de la ciudad se acomodaron en sus lugares. En ese momento, las luces del sitio se apagaron y sólo quedó en escena el autor del libro sentado en un escritorio con el mate, la pava y su computadora.  De manera instantánea, apareció en escena el grupo teatral “Sarna con gusto”, cuyos integrantes encarnaron a los personajes más representativos de la historia argentina. Además, uno de ellos (Adriana Felicia) interpretó a la “luz mala” para mostrar cómo llegan y se presentan las ideas al autor.

 El gaucho (Germán Geminale) y la “china” (Livia Vives), entre risas y anécdotas, fueron los encargados de interactuar con el escritor y traer al 2013 mitos, costumbres y tradiciones bien lejanas en el tiempo, pero que aún hoy identifican a la Nación. Objetos como el mate, el poncho y las boleadoras fueron protagonistas de versos. Como no podía ser de otra forma, la música y el baile también tuvieron sus respectivos lugares en el acontecimiento. Un grupo tocó una chacarera y jóvenes pertenecientes a “Mazamorra” bailaron al ritmo del bombo. Ante semejante exhibición, los estudiantes quedaron boquiabiertos.

 Sin embargo, un grupo de ellos no fue ajeno al espectáculo. Al finalizar la presentación oficial, los chicos de la escuela toba mostraron su mirada de la realidad con una obra de teatro denominada Voces de la calle. Fue una ficción pero pareció una fiel representación de algunas situaciones que suceden en todo el país. Mostraban cómo es la reacción de la gente ante los chicos que limpian los vidrios, el “hay que matar a todos los judíos, extranjeros, gays e indígenas”, cómo la policía golpea y reprime sólo por el color de piel. La frase final de la exhibición “que se callen todos, que se silencien las voces de la calle, ya no nos importan las voces de la calle, queremos oír tu voz” fue coreada a gritos por los integrantes de la comunidad indígena.

 Para finalizar, el escritor agradeció la participación de los distintos grupos y la escucha atenta de los invitados. Respecto a la exposición, el periodista manifestó: “Tratamos de mostrar que un libro de tapa dura y papel, en realidad, son ideas que ‑­cobran vida. Por ejemplo en estos personajes que los chicos interpretaron. También en la música que están contando tradiciones de nuestra región porque ese es nuestro propósito, atraer a las cosas nuestras para saber de dónde venimos y que nuestro origen tiene que ver con nuestra tierra”.

A solas con Ruffinengo

Después de una emotiva presentación, exhausto pero con una sonrisa de oreja a oreja, el autor del libro dialogó mano a mano con Quince en uno.

- ¿Cómo fue que se te ocurrió indagar de dónde venimos?

 - Eso tiene que ver con los recorridos que uno va teniendo. Yo apenas terminé la secundaria me metí a estudiar periodismo. Entre las primeras experiencias y las más lindas para mí, me tocó trabajar en radio (LT8), en un programa que se llamaba Canto del viento. Fue ahí donde yo aprendí en realidad mucho de folclore, de las costumbres y leyendas, porque la temática del programa era ésa. Era el productor del programa y empecé trabajando y aprendiendo a su vez. No es que en ese momento estaba pensando en escribir un libro pero fue ahí donde la temática empieza a meterse fuertemente en mí. Años después cuando se me ocurrió escribir y tuve la posibilidad de publicar mis textos en una revista, esta temática me pareció natural y linda. Tuve que hurguetear un poco más en bibliografía y después armarlo. Primero fueron artículos para una revista y después cuando tuve muchos textos dije: “Esto puede ser un libro”. No es que uno se despierta un día y tiene la idea, es la vida de uno que te hace caminar por ciertos lugares y después llega un punto que el libro se da naturalmente con la temática que uno más caminó o le gustó.

- ¿Por qué decidiste hacer una presentación tan poco convencional?

-Fue una idea que fue creciendo de a poco. Confieso que cuando uno está escribiendo un libro no está pensando en ideas innovadoras de presentación. Lo convencional es sentarse en un escritorio, decir algunas palabras, leer algunas partes y que alguno haga preguntas. Pero cuando Claudia Bazán, que es la persona que coordina las actividades en la Biblioteca Argentina, se enteró del libro y le gustó el contenido, empezó a crecer esta idea. Ella me dijo: “¿Si sumamos alguna escuela,  si le metemos actuación y si le agregamos baile?”. Así fuimos creciendo hasta lo que se vio (y puede crecer más). Las ideas van creciendo porque se suman pensamientos de otros y así surgió la idea de hacer algo no convencional. Pero nos pareció que como iba a ser dirigido a público de escuela, ésta iba a ser la mejor forma ya que hablamos con los chicos y ellos se sienten identificados porque también participan. El ámbito es mágico, la Biblioteca Argentina es como un monumento, estar acá haciendo esto es un premio para nosotros.

‑­-¿Que la presentación sea para chicos tiene que ver con la idea de que el cambio tiene que surgir desde los jóvenes?

-Creo que es fundamental, aunque yo soy de la idea que los cambios están en todas las esferas, estratos y franjas etarias. Es necesario que se hable con la juventud pero está bueno que esa juventud también hable con los grandes, al mismo momento. No es cuestión de que porque alguien es grande no va a cambiar, yo creo que hay maneras de hacer que los pensamientos cambien. Las juventudes son las  generaciones que van a ocupar los espacios en el futuro y considero importante que se integre tanto como que hable con todas las edades.

- Dijiste que te basaste en lo que Sarmiento denominaba “civilización y barbarie”. ¿Creés que cambió mucho desde ese momento hasta ahora?

-No, precisamente eso que mencionamos hoy en la presentación es como una comparación de que en algún momento la historia y cultura estaban claramente separadas así. Tratamos de crear conciencia porque a veces se narra como historias del pasado y la discriminación se ve en el hoy y sobre eso intentamos reflexionar. La visión de prócer es muy particular y cuando ves bustos de un Sarmiento o Mitre por todos lados, uno tiende a sentirse obligado a respetar todo lo que haya hecho ese busto, que fue una persona pero también cometió errores. Quizás fueron propios de la época pero la idea es reflexionar qué errores puede haber hoy y también los ha habido en el pasado, hacer esa conexión de pasado y presente.

- ¿Tenés pensado algún nuevo libro?

-Sí, siempre. Cada idea que se me ocurre la pienso en libro. La idea es continuar una especie de Arqueología de los tiempos con otras costumbres, otros mitos y leyendas. Es que este libro contiene 16 capítulos pero hay tantas cosas más para contar de la tierra argentina, es tan grande nuestro país, tiene demasiada pluralidad de culturas y costumbres.

-¿Nunca se te cruzó por la cabeza escribir sobre temas actuales, como por ejemplo la represión que sufren algunos pueblos indígenas?

-Sí, y por eso creo que es necesario hablar de estos temas. Por eso creo que es fundamental hacer este tipo de presentaciones donde hablábamos de las costumbres y la actuación final fue una obra de chicos de una escuela toba, porque creo que si uno no habla de estas cosas pueden pasar, y de hecho siguen pasando. Hay represiones, actos violentos y discriminación pero si nos calláramos sería peor. Por eso creo que hace falta no sólo escribir sino hablar, hacer presentaciones, opinar, debatir,  justamente para contrarrestar esa violencia que ‑­hay, a veces, y que lamentablemente uno siente que va a seguir pasando. Pero la manera de combatirla no es con represión sino tratando de hablar, de concientizar y tratar de evitarlo. Es un país hermoso culturalmente y tiene cosas muy locas: te podés encontrar que en una provincia prohíben a personas a hablar su lengua nativa y podés encontrar que en otra ciudad eligen un intendente que es de alguna comunidad indígena. Eso pasa acá, como también acontece una represión, pero por otro lado hay integración. Ese es nuestro país, lo queremos y lo hacemos así. Sin embargo, la mejor manera de crear conciencia es hablando.

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