Periodismo ciudadano ¿un paso en falso?
06.11.2013 10:03La intromisión de Internet cambió las maneras de informar
Pero, ¿es posible la coexistencia con el periodismo tradicional?
(Por Santiago Cortez y Sofia Silvestri) Las nuevas plataformas de interacción social ligadas a Internet dieron lugar a un nuevo fenómeno denominado periodismo ciudadano. Pero su relación con el periodismo tradicional es por demás conflictiva, hasta incluso llegar a la pérdida de puestos laborales en los grandes medios. Los profesionales ligados a la comunicación de masas dieron su parecer sobre la coexistencia de los nuevos y viejos modelos de información.
A medida que los años pasan, nuevas oportunidades y posibilidades emergen en todos los ámbitos de la vida. Los avances tecnológicos actúan como creadores de nuevas plataformas de interacción social mediante la acción conjunta con las redes sociales e Internet. Los dispositivos utilizados por excelencia ya sea por su gran alcance como su facilidad de uso son los teléfonos celulares inteligentes o smartphones.
Y como todo progreso, acarrean consecuencias inevitables, tanto positivas como negativas. Por un lado, simplifican las tareas diarias y conceden muchas herramientas para el ocio personal. Pero también rompen con los moldes preestablecidos en muchos sectores de la sociedad, tal como sucede con el periodismo. Los nuevos espacios de comunicación, como los blogs y las redes sociales Facebook o Twitter son los elegidos por todos los ciudadanos para poder contar historias y mostrar imágenes a un público universal sin filtro de por medio.
La mera existencia del denominado “periodismo ciudadano” genera opiniones divergentes entre los profesionales de la comunicación y la sociedad en general. Existen aquellos que afirman la necesidad de tener un título certificatorio para poder ejercer el periodismo en cualquier medio de comunicación y cumplir sus funciones, como otros en discrepancia, asegurando que estas nuevas fuentes de voces ciudadanas llegaron para quedarse y compartir un nuevo espacio y métodos de información.
El nuevo modelo de comunicación establecido por la llegada de Internet fue el principal causante y creador de esta estructura mucho más flexible y con la posibilidad de interacción entre periodista y ciudadano. Pero al margen de todos los posibles beneficios que podrían resultar de la coexistencia de estas nuevas formas de informar, muchas compañías tradicionales periodísticas lo observan como una amenaza y toman decisiones equivocadas que afectan de manera directa a sus empleados.
Opiniones sobre la cuestión existen en demasía, ya sea de parte de personas ajenas a la comunicación, como los profesionales quienes actualmente se desempeñan en medios de comunicación locales. Rubén Fraga es periodista del diario El Ciudadano y profesor en diversas universidades de Rosario, donde comparte a diario sus opiniones con el alumnado. Además, posee una firme postura respecto al tema: “Después que queramos darle participación a la gente, que cuente sus cosas sobre todo a partir de las nuevas tecnologías y que cada uno que tiene un celular con una camarita, tiene un grabador y puede sacar fotos, me parece perfecto. Pero llamar a eso periodismo ciudadano me parece una aberración en el término. Es bastardear la profesión del periodista”.
Una de las razones por las cuales se ratifica la existencia del periodismo ciudadano es la demostración explicita de la democratización de la comunicación y la libertad de expresión y opinión para cualquier persona que posea acceso a Internet. Al respecto, Fraga aseguró: “Una cosa es la libertad de expresión y otra el derecho que tiene todo el mundo a comunicar cosas y otra cosa es hacer periodismo. Ahora, la pregunta sería, ¿Si hay periodismo ciudadano cualquiera puede ser periodista? ¿Entonces para qué estamos los periodistas?”.
El desprestigio de la profesión y la puesta en peligro de diversos puestos de trabajo son otras de las tantas fuentes de críticas correspondidas por este nuevo fenómeno, un punto coincidente entre las declaraciones de los profesionales a lo largo de todo el mundo. Otro ejemplo son las palabras del periodista y docente español Julio Grosso, quien mediante una entrevista con un medio de ese país, expresó que el periodismo ciudadano es una “milonga” para la promoción de las redes sociales y sobre todo para abaratar los costes de producción. Además, añadió: “Algunos cayeron en la trampa, pero creo que el tiempo ha puesto las cosas en su sitio y nadie puede creer hoy en la vigencia del periodismo ciudadano, sin profesionales de la información, como nadie confía en la sanidad o la justicia ciudadanas, sin médicos y sin abogados”.
Aquí el comunicador catalán hizo hincapié en una cuestión clave como es la implementación del periodismo ciudadano con el objetivo de abaratar los costes de producción en los grandes medios y empresas periodísticas. Se conjugan muchos causales como lo son la posibilidad de sacar fotos y subirlos inmediatamente a la red mediante los teléfonos celulares inteligentes, como la capacidad de poder relatar un hecho periodístico y que este llegue a un público universal de manera directa, rápida y carente de algún intermediario. Todo esto desemboca en la puesta en peligro de muchas profesiones ligadas a los medios de comunicación.
El caso más resonante es el puesto del fotógrafo, actividad imprescindible en cualquier medio visual y gráfico. Hoy en día cualquier teléfono celular disponible en el mercado incluye una cámara para captar fotos y videos, ya sea de gran o menor calidad y resolución. Esto, sumado a la posibilidad de que cualquier elemento subido a las redes sociales posee la característica de que puede ser comentado y compartido de manera ilimitada, lleva a muchos medios a utilizar este material en sus portadas digitales, dejando en un segundo plano la tarea del profesional en la cuestión.
Ángel Amaya es docente, realizador audiovisual y reportero gráfico del diario La Capital de Rosario. Él, al igual que Fraga, marcó su parecer respecto al periodismo ciudadano: “No creo que sea una manera de informar. Son manifestaciones esporádicas de acontecimientos que suceden en diferentes ámbitos. Los ciudadanos se manifiestan, cuentan lo que ven o lo fotografían. Es una manera de expresar un momento”.
Otro de los aspectos subrayados por el fotógrafo es la inmediatez brindada por las redes sociales al momento en que sus usuarios muestran su material. Los grandes medios han sabido aprovechar estas cualidades, habilitando en sus sitios digitales una sección denominada “Tu noticia vale” en el caso de Rosario 3, o TN y la Gente, en el caso de TN. Éste último se destaca justamente por realizar un gran énfasis en el empleo de las redes sociales como fuentes de materiales multimedia sobre hechos de gran relevancia que suceden a lo largo de todo el país, tal como se puede aprecias en su portal.
Como protagonista principal, Amaya dio su parecer sobre la afectación en los puestos laborales del periodismo ciudadano: “Creo que siempre se tiende a achicar. Hay varias empresas que han reducido personal y uno de los motivos que ponen es que se pueden ‘alimentar’ de este tipo de manifestaciones”. Además, soslayó que actualmente se buscan periodistas capaces de desarrollar diferentes roles, lo que bien puede significar “reducir o eliminar puestos de trabajo”.
Por su parte, Fraga también coincide en mucho de estos puntos marcados por el profesional audiovisual. En concreto, el docente manifestó: “Acá se juntan dos cuestiones, una entendible que es que la gente le gusta contar, subir fotos. La gente encuentra placer en mostrarse. Ahora, cuando eso lo toma un medio de comunicación y lo difunde, puede llegar a implicar a que la televisión y algunos portales de noticias se ahorren en pagar a aquellos especializados en esa tarea. Llevándolo más a un extremo, llegan a ahorrar en un corresponsal que deberían pagar en determinada ciudad para contar algo”.
Asimismo, el periodista utilizó como ejemplo lo que actualmente sucede en Siria o Egipto, afirmando que cualquier persona con un celular puede contar lo que está pasando. Agregó que si la cuestión es que algunos medios utilicen eso como excusa para no pagarle a un profesional, se llegará a un mundo donde “el único periodismo sea periodismo ciudadano”, donde habrá “infinidades de tipos con un celular contando cosas a su modo”.
Finalmente, Fraga remató: “No hay periodismo ciudadano hasta que no haya medicina ciudadana, abogacía ciudadana. Los que nos hemos formado en esto, tratando de ser cada día un poco mejor periodista no nos pueden venir a tirar en cara esta payasada de periodismo ciudadano. Si no, cambiémosle el nombre y cualquiera diga lo que quiera”.
Y así como existen expertos como Rubén Fraga y Ángel Amaya con una postura claramente opuesta a la coexistencia del periodismo ciudadano con el tradicional, otros se sitúan en la vereda de enfrente. Ramiro Peremonte es estudiante de la carrera Comunicación Social en la Universidad Nacional de Rosario y desempeña tareas informativas en un medio radial de su pueblo natal, Arequito. Además, Peremonte es un asiduo participe de la sección “Tu noticia vale”, del portal digital Rosario 3.
Aunque su postura difiere un poco con las anteriormente establecidas por los profesionales, el estudiante declaró: “Creo en la posibilidad de coexistencia entre el periodismo ciudadano y la labor profesional de los periodistas. Desconozco si, en concreto, se han manifestado consecuencias laborales sobre la intromisión de esta nueva forma de participar en la comunicación, aunque con los modelos de negocios actuales es muy posible. Mayores beneficios a menores costos. Pero si de algo estoy seguro es que esta relación puede dar frutos muy positivos para la labor informativa”.
El nuevo modelo de transmisión de la información impuesto por Internet terminó con el esquema y la relación vertical entre informante e informado. Es allí donde Peremonte realiza un especial énfasis: “Las posibilidades ofrecidas por estas nuevas plataformas de interacción como lo son las redes sociales abren muchas puertas. El periodista se debe amoldar a estas nuevas necesidades como un complemento, dándole forma a los contenidos brindados por los usuarios, moderando y seleccionando la información, siempre con el objetivo de mantener la calidad obtenida a lo largo de toda su formación profesional”.
Una figura coincidente con los conceptos declarados por Pedemonte es el periodista español Gines Alarcón Soto, a través de una de sus publicaciones en el sitio Portal Comunicación. “El punto crítico está en comunicar más eficientemente. En sintetizar el mensaje, en presentarlo de forma atractiva, en combinar textos e imágenes y cualquier otro formato que dé riqueza y facilite su comprensión. En explicar historias más que en dar datos. En sintonizar lo que quieres comunicar con el momento de atención del receptor; o sea, en saber encontrar cuándo éste está en el mejor estado de ánimo para poder digerir (metabolizar) la información que se le da. Presentar la información en una dieta informacional que sea útil y emocionante”, asintió el experto.
Otro de los testimonios que aseguran la existencia paralela del periodismo tradicional y el denominado ciudadano provino de parte de la licenciada en Periodismo y maaster en dirección de la empresa audiovisual Sandra Lucía Ruiz Moreno, de Colombia. Mediante una charla que brindó en la ciudad en el marco de la 6° edición del Foro de Periodismo Digital, se refirió a la cuestión: “Las comunidades buscan ser escuchadas, buscan tener su propia voz y formar parte del ecosistema de la comunicación masiva. El periodismo ciudadano surgió en buscar de esas alternativas, aportando nuevas voces y creando un campo totalmente nuevo de coparticipación entre profesionales y simples ciudadanos. Lo que antes era un simple artículo periodístico, hoy posee mucho más material multimedia, como lo son las fotos provenientes de los testigos directos, y en algunos casos sus testimonios”.
Asimismo, expuso los casos que tuvieron lugar en su país natal. La emisora FM La Kalle surgió en una comunidad de Colombia, con la necesidad de tener un medio alternativo a través de internet. En ella coexisten profesionales y meros ciudadanos que aportan su opinión y participación en cada programa. “Surgió a partir de las licitaciones para las emisoras comunitarias para regiones urbanas. Cuando se logró realizar, era un grupo que venía trabajando de forma análoga, con periodistas y habitantes. Ahora están dentro de las cadenas de emisoras colombianas más importantes. Si esto se pudo dar en Colombia, ¿por qué no en Argentina?”, sugirió.
En definitiva, es un error negar la existencia de estas nuevas maneras de comunicación y participación social conocida como periodismo ciudadano. Pero también es incorrecto no aceptar que las empresas periodísticas se aprovechan, perjudicando a aquellos profesionales formados para la materia con el único objetivo del beneficio propio. Como lo plasman muchos expertos, es posible una cooperación entre lo nuevo y lo tradicional, tal como sucede en Colombia, pero las decisiones tienen que ser implementadas por aquellos encargados de dirigir y mantener a los grandes medios, no de sus empleados. Mientras tanto, la balanza continuará desequilibrada y favorecerá a los más poderosos.
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