Movimiento Scout: una forma de vida solidaria

07.11.2013 11:48

Unos 1500 niños y jóvenes en el sur de Santa Fe forman parte de estos grupos y están comprometidos con su estilo de vida.

(Por Sabrina Benítez) ¿Quién no reconoce a un scout? Camisa, pañuelo en el cuello y el tan escuchado “Siempre listo” es la típica descripción. Sin embargo, este movimiento va mucho más allá de éso. La responsabilidad y los valores como la solidaridad son una parte fundamental para todos estos niños, jóvenes y adultos que forman parte del escultismo.

Desde hace más de cien años que este movimiento tiene lugar en Argentina y el mundo. Robert Baden-Powell, militar y escritor británico, fue quien con su libro “Aids for Scouting” o sus fascículos de “Scouting for boys” creó este movimiento en Europa. En el año 1909 ya se realizaban campamentos scouts en Morón, Claypole y Gándara, entre otras localidades de la provincia de Buenos Aires.

En la zona sur de Santa Fe hay alrededor de 30 grupos que suman un total de unas 1500 personas. Estos generalmente se reúnen en escuelas los sábados por la tarde. Gastón Zencic, director del Distrito 4 Zona 19 "Santa Fe sur", explicó: “Históricamente los trabajadores tenían una jornada de lunes a sábados al mediodía y la tarde libre. A partir de ahí podían hacer trabajos para cualquier organización o en el movimiento scout”.

El director aseguró que este año se han realizado actividades para los cuatro grupos de edades de scouts: Lobatos (7 a 11), Scouts (11 a 14), Caminantes (14 a 17) y Rovers (17 a 21). Con los dos grupos más grandes se realizó un Foro de Jóvenes “Scout Parlamentario” donde se trataron temas como bullying y la utilización de casco.

“Más allá de la propuesta que hagamos como movimiento, lo importante y educativo es que cada chico pueda asumirlo como un problema”, comenzó Zencic. Y agregó: “Lo ideal es que la respuesta sea fantástica y le encontremos la solución al bullying a nivel mundial. Pero lo más constructivo es que ellos lo sepan y que como scouts tomen partido de la situación”.

Otro de los temas tratados este año es la falta de contenedores en los barrios. “Tenemos grupos en barrio La Granada, Tablada y Las Flores y son ellos los que nos plantean que ahí no hay”, manifestó. Finalmente trataron la utilización del casco como una respuesta “chiquita” a la problemática pero que “los ayudó a reflexionar sobre los accidentes de tránsito”. 

Por otro lado, cada grupo scout tiene una forma de organización interna. “Se dividen en lo que llamamos patrullas o equipos entre cinco y ocho chicos lo que les da la posibilidad de que aprendan y crezcan”, manifestó Zencic. Asimismo, en el interior de ese pequeño grupo cada uno tiene una responsabilidad y un “guía o líder” elegido entre ellos.

En estas manadas, durante los campamentos cada uno tiene su rol, como no olvidarse los elementos de cocina, cocinar, animar o saber primeros auxilios para las emergencias. Muchas veces estas son las partes que más le gustan a los chicos. “Ir de campamento, estar con mis amigos, jugar y aprender cosas que no se aprenden en la vida diaria”, explicó Emmanuel (17) quien es scout desde los siete años.

Maximiliano (17), quien también comenzó a los siete, aseguró: “Nuestros campamentos no son un viaje de turismo, sino un viaje lleno de aventuras y aprendizajes”. Además, sostuvo que para ellos el campamento es el broche de oro luego de un año de trabajo. Coincidiendo con esto, Néstor (18) manifestó: “No porque haya uno solo, sino porque al anual lo vemos así”. ­

Sin embargo, los campamentos no son lo único valioso para un scout, el aprendizaje que se obtiene también lo es. Néstor recalcó: “Me gusta cómo aprendí a ser diferente, ni mejor, ni peor, sólo diferente. Dispuesto para el servicio, compartiendo con hermanos scouts y viviendo experiencias que sólo un scout entendería y viviría como lo hacemos nosotros”.

Por su parte, Maximiliano comentó: “Cuando ingresé me motivó a seguir el grupo de personas con los que se trabaja, el tipo de educación no formal, ver que se hacen cosas distintas que en una escuela o club”. Finalmente, Emmanuel dijo: “Estoy con gente que le gusta lo mismo que a mí, aprendemos de Baden-Powell, las virtudes scout y demás cosas que nos sirven para el futuro”. 

Al igual que los chicos, Gastón Zencic también fue scout de niño. Comenzó a los siete años, en un grupo que ya no existe, porque lo invitó un vecino. Pero, ¿qué lo llevó a permanecer con los años? “Estar con mis amigos y además me encantaba salir de campamento”, aseguró. Y agregó divertido: “No es que ahora no me guste pero hay cosas que las sufro, dormir en el piso me cuesta un poco más y cuando hace frío tengo frío, cosa que antes no me pasaba”.

Respecto a lo que lo hace continuar en el movimiento, Zencic remarcó: “Estoy convencido que desde la educación vamos a mejorar el mundo, y lo estoy porque lo veo”. Y agregó que cada semana ve cambios en muchos chicos, chicos que “llegaron sin una mirada al futuro, con historias partidas donde no piensan en mañana sino en el ahora”. Son chicos que no quieren estudiar, ni trabajar.

“Para irnos de campamento armamos un proyecto, juntamos plata, vendemos empanadas, pastelitos, hacemos un torneo de fútbol –expresó–. Eso después los trasladan a la vida y se dan cuenta que no pueden seguir toda la vida sin hacer nada”. Y reflexionó: “Me quedo porque creo que es una posibilidad única e mejorar el mundo y verlo”.

Las Flores, La Granada y Tablada son tres barrios “partidos, cruzados fuertemente por la violencia y las drogas”. Para Zencic, alejar a cinco chicos de eso, “son cinco problemas menos”. Muchas veces, estos jóvenes que no son escuchados, comprendidos o sostenidos emocionalmente terminan atrapados por la delincuencia y el narcotráfico.

“Muchos que llegan tienen problemas, los cuentan, encuentran un lugar sano donde los van a escuchar, aconsejar y a ofrecer otra cosa”, aseguró Zencic. Se busca que estos chicos sean, como el término scout lo indica, exploradores. “Les damos las herramientas para que exploren, no el territorio, sino quiénes son, para qué están, en qué son buenos y a partir de eso explotarlo. Todos tienen algo bueno, lo que no tienen son posibilidades”, finalizó.

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