Más que una división: un fanatismo sin fin

24.04.2013 15:35

 

Luego de las elecciones en Venezuela, la división social juega un marco crucial dentro de las acusaciones que vienen y van.

(Por Juan Ignacio Zerito) En el marco de la asunción del candidato chavista Nicolás Maduro, en Venezuela se puede apreciar una fuerte división social, como si se tratara de blanco o negro. Luego de la victoria del oficialismo por una mínima diferencia estallaron los conflictos y las acusaciones de ambos lados sobre los resultados que dejó la votación. Siete muertos es el saldo más doloroso, que sin pena ni gloria se lleva esta elección presidencial.


 Separación, discusión y violencia son algunos de los síntomas que se pueden apreciar entre los venezolanos después de las últimas votaciones presidenciales. Años gestándose para llegar a un odio que va acrecentándose día a día entre hermanos, y que parece no tener fin.


 Después de la apretada victoria del delfín de Hugo Chávez, Nicolás Maduro, por 1.8 por ciento sobre el líder opositor, Henrique Capriles Radonski, las acusaciones de ambas partes no cesaron. El representante de la Mesa de Unión Democrática (MUD) pidió el recuento de votos señalando que desde el oficialismo hubo actividades fraudulentas. Capriles insiste con auditar el 100 por ciento de los votos y que luego de eso, con seguridad, afirma que se deberán repetir las elecciones. De más está decir que el MUD no reconoció la victoria oficialista, aunque Maduro ya juró como presidente de la República.


 Desde el chavismo, en cambio, acusan a la oposición de plantear una “guerra electrónica”. Así la definió el periodista ultrachavista –como él se define– Modesto Guerrero, en una charla ofrecida en la Universidad Nacional de Rosario. Según el diario “Últimas Noticias” se registraron 45 mil ataques al sistema electrónico del Consejo Electoral, además del “hackeo” de la cuenta de Twitter de Maduro durante unas horas. Además de la guerra electrónica, Guerrero explicó que hay una guerra ideológica y de votos. “El fanatismo de ambas partes sega las posibilidades de poder ver todo el panorama. ¿Cómo haces para convencer a un chavista que vuelva a votar o a un opositor de que no hubo fraude?”, fundamentó el periodista venezolano.


 En su disertación, Guerrero explicó que “se presentan dos derechos iguales, cada uno tiene su verdad y cuando esto ocurre es muy propenso de que se defienda a capa y espada la causa”, y concluyó: “La gente está llegando a un nivel de disociados psico políticos, ya que abusan de su orientación política y se alejan de la razón”.


 Luego de los incidentes post elecciones, que se cobraron siete vidas, las fracciones políticas se “tiraban” los muertos entre sí. Capriles habló de represión en los cacerolazos que sus seguidores disconformes hicieron. De la otra vereda, Maduro acusó de “vándalos opositores” a los responsables de estas muertes en los ataques a los Centros de Salud (CID) en los barrios chavistas e incendios de instalaciones pertenecientes al gobierno.


 Especialistas creen que el karma social que acecha a Venezuela puede llegar a instancias peores, como una futura guerra civil. “Las muertes después de las elecciones profundizaron la situación social y el odio entre los bandos”, señaló Rubén Fraga, periodista y especialista de la política internacional.


 “Ojalá no se diera, pero es una sociedad claramente partida, sería el peor desenlace pero como se presenta la situación es viable”, respondió Fraga en relación a las posibilidades de una futura guerra civil en la República Bolivariana. “El escenario es complicado y Maduro no es Chávez, por eso la diferencia se achicó del diez al dos por ciento de estas últimas elecciones”, fundamentó el periodista.


 La situación de la sociedad venezolana sigue muy tensa y parece que de ninguna forma habrá un consenso de las partes. Algunos festejando la asunción de Maduro, otros luchando porque se recuente el 100 por ciento de los sufragios marcan las diferencias.


 Dentro de una misma república, hay dos países a nivel social, donde se pueden ver desde los insultos más bajos hasta los actos de violencia más graves. Lo único que tienen en claro los dos sectores es en no ceder. División, dolor, acusaciones son los síntomas que están enfermando y enfrentando a hermanos de la misma patria. La solución es incierta pero nadie desea la peor.

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