Magic Kingdom: el hijo mayor de Disney World

21.10.2013 23:35

Casi 55 millones de visitantes llegan anualmente a Orlando. La creatividad americana los sacude entre sonrisas y diversión.

(Por Alina Dondo) "Donde los sueños se hacen realidad". Con esa frase recibe Walt Disney World a los visitantes de todo el mundo en Magic Kingdom, su parque de diversiones más emblemático. Y vay

a si se hacen realidad para los niños que lo recorren: las sonrisas son moneda corriente a cada paso que dan. Sus padres, cámara de foto en mano, no se quedan atrás. Mickey o su silueta invade el lugar por donde se lo mire, todo allí es marca registrada.

 Magic Kingdom es uno de los cuatro parques temáticos de Disney (además cuenta con dos acuáticos). Sus desfiles de personajes a bordo de carrozas con música -similares a las de las películas- en varios horarios del día, sumado al gran show de fuegos artificiales nocturno con el tradicional castillo como actor principal son sus espectáculos sensación. No pueden faltar al momento de programar días, horarios y recorridos.

 La gran cantidad de minutos de espera en los juegos evidencia que la mayoría de los estados del país norteamericano están en vacaciones debido al Columbus Day -que abarca días previos y siguientes al 12 de octubre- y el parque cuenta con mucha concurrencia de público. Pero existen varias soluciones para que sea más amena la demora: peloteros dentro de las mismas colas donde un sensor con luz que le dan a la gente se ilumina en su turno para no generar confusiones cuando los niños se dispersan por el lugar; o el "fast pass", pase rápido que cada visitante puede sacar en los juegos más concurridos para acercarse en determinado ‑­rango de horario e ingresar con demoras de diez minutos y no de sesenta, como determinan la mayoría de las esperas.

 Una de las cosas más sorprendentes y graciosas que se pueden observar en el recorrido es a las personas como nunca más se las van a ver en su vida: disfrazadas con gorros con orejas, moños, cuernos, cualquiera de los personajes de Disney que se les ocurra. Y las infaltables niñas princesas, las cuales pasan por la "boutique" y salen totalmente producidas, peinadas, con brillos y el vestuario de su princesa favorita.

 En el patio de comida más grande de Magic Kingdom la tardanza para el plato elegido es de menos de dos minutos, vaya rapidez. Además, este parque está siendo remodelado y expandido ya que sus cinco sectores -Adventureland, Frontierland, Liberty Square, Fantasyland y Tomorrowland- no alcanzan para demostrar que casi todo funciona a la perfección. Esto demuestra que la máquina Disney hace tiempo está aceitada y no hay miras de que deje de funcionar algún día.

 Adrenalina es algo que no le falta a estos lugares, y Magic cuenta con la "Space Mountain", una vertiginosa montaña rusa oscura y de gran velocidad. Sus carritos individuales generan en quienes se animan a subir una gran incertidumbre en pocos segundos. En la otra punta del lugar, un simple recorrido que relata un cuento de un conejo y un zorro, con tierna música de fondo, finaliza con una estruendosa bajada de noventa grados por el agua en la cual el más afortunado del carro no es el que logra superar el vértigo sin sobresaltos sino el que no termina empapado.

 Si de necesitar ayuda se trata, en el lugar la cantidad de empleados es incontable. A cada paso, y para cada acción existe alguno. La amabilidad de su accionar debe ser una obligación a la hora de seleccionarlos. Sus atuendos siempre van acorde al juego o sector del parque en que se encuentren. Un detalle es que si no fuese por el ejército norteamericano, Disney sería la empresa con el mayor consumo de uniformes en el país.

 Nada se encuentra librado al azar en Disney World. Sin ir más lejos, el espejo en el baño de mujeres se encuentra fuera de este. Se presupone que las mujeres son iguales en todas partes del mundo y tener la posibilidad de mirarse frente a los lavatorios generaría tardanza en ellos y el flujo de gente no permite demoras.

 Tanto  Magic Kingdom como el resto de la ciudad mágica están preparados para recibir a todos. Rampas, entradas especiales, alquiler de sillas de ruedas y carros eléctricos son algunos de los detalles. Además, para los más chiquitos el uso de los coches es fundamental ya que los recorridos se hacen extensos y el cansancio se siente durante el día. Lo que más sorprende es que en las entradas de los juegos los cochecitos son dejados para poder ingresar. Y no lo hacen solos, también con camperas, bolsos y pertenencias arriba. Sí, sorprende pero se puede. Al salir siempre se encuentran allí, quizás en otro sitio porque fueron reacomodados, pero tal cual los dejaron sus dueños.

 En las caras de los visitantes del parque se ve sorpresa. Observan con detenimiento el paisaje, los juegos, buscan con emoción a esas personas que están envueltas en pesados disfraces de los personajes más conocidos. Al escuchar el murmullo constante parecería que todos hablan el mismo idioma. En Disney todos son iguales, y todos se sienten en el mismo estado: atravesando un mundo ideal.

 

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