La cultura rosarina under

24.04.2013 15:32

 

The Jumping Frijoles y una magistral clase de improvisación 

El Café de la Flor alberga todos los sábados a partir de las 23 un match diferente. Títulos disparatados originados por el público e interpretados por los actores convierten a la presentación teatral en algo único e irrepetible. 

 

(Por Melisa Concepción) El grupo de improvisación rosarino The Jumping Frijoles invita a disfrutar de su arte los días jueves en Berlín (Pasaje Zabala 1128), a partir de las 23, y los sábados en El Café de la Flor (Mendoza 862), en el mismo horario. Mientras se observa el espectáculo se puede disfrutar de la gastronomía que ofrecen ambos espacios y antes o después del show charlar con los grupos de amigos, disfrutando de una bebida.

 ¿Quiénes son estos jóvenes que hacen reír  al público rosarino under? Ellos son un grupo de teatro independiente, conformado y dirigido por Cristian Marchesi desde el 2002. El equipo se especializó en el campo de la improvisación, con un lenguaje contemporáneo y exploran la variedad de formatos, estilos y géneros.

 Al asistir al espectáculo The Jumping Frijoles hacen el Match, el público tiene que estar dispuesto a vivir una noche relajada y diferente. Sobre todo en el Café de la Flor donde, a diferencia de Berlín, hay ciertas particularidades. Desde el comienzo algunas de las mozas que atienden el lugar tienen un look ochentoso, con peinados altos y voluminosos y una forma naif de servir al cliente. Desde olvidarse parte de las cosas que piden las mesas, hasta pedir perdón porque uno de los pedidos no llegó a destino por ser acaparado y deglutido antes por el grupo de mozos. Estas son algunas de las  anécdotas graciosas que pueden pasar al estar sentado en una de las mesas. Para aquél que esté con hambre, el Café de la Flor no es el lugar indicado para asistir a cenar los días sábados.

 Si, en cambio, lo que deseás para una salida de fin de semana es compartir con amigos mientras te distraés un poco de la realidad que te perturba durante la semana, el grupo teatral de improvisación es la mejor receta. The Jumping Frijoles hacen el Match combina show, comedia, dramatismo, humor y despega muchas risas y aplausos del público. El título se refiere a que el grupo se divide en dos, los rojos y los azules, con cuatro integrantes cada uno. Ambos grupos tienen una capitana elegida del público y además hay dos conductoras o “referís” del partido. Lo que hacen es improvisar sobre títulos (con o sin sentido) que escriben los espectadores en papelitos que se les dan apenas llegan al lugar, y que luego pasan a retirar para juntar en una bolsa e ir sacando algunos al azar. Así se montan las escenas que tienen que improvisar ambos equipos, a veces con las mismas consignas y, otras, diferentes.

 Las improvisaciones las tienen que hacer de distintas formas: en cámara lenta, en cuentos de terror, como cuentos ilustrados, artes marciales, venta de Sprayette, con bajo presupuesto (un único actor), como película de acción, como telenovela y cine mudo. Cada equipo gana un punto gracias al público, que elige por una votación que consiste en levantar una porra roja o azul (que se reparten en las mesas antes de que comience el espectáculo) dependiendo a cuál se quiere votar.

 The Jumping Frijoles incluye arte, gastronomía, humor y, también, genera competencia. Se puede ver cómo son disímiles los gustos en algunas parejas de asistentes al show, donde uno vota a un equipo y la otra persona al contrario, o cómo algunas mesas se ponen de acuerdo a quién votar.

 El contexto del bar ofrece que uno pueda sentirse relajado, en sus paredes contiene cuadros y colores. Aunque también puede hacer que el público se sienta incómodo, ya que al no haber tanto lugar las mesas están muy juntas y los espacios para moverse son pequeños, más allá de que esos detalles son sólo evidentes antes o después del show. Aunque en la hora que dura el espectáculo todas esas nimiedades se olvidan y el público se sumerge en la improvisación y la risa. Los actores hacen uso de acciones cotidianas y populares para que el espectador se entretenga aún más.

 Los afortunados del público cuyos papeles son elegidos para representar lo festejan y se divierten aún más con esas escenas, gritan, aplauden y se entretienen con las disparatadas situaciones que un simple título puede crear. Tal vez algún asistente se quede con ganas de participar más o, al contrario, cuando las chicas son elegidas como capitanas de los equipos algunas suben a la fuerza. El ambiente del lugar y la onda de los actores generan otra realidad, en ese momento uno se olvida de su trabajo, de lo mal que la pudo haber pasado durante la semana estudiando muchas horas y es un buen espacio para divertirse.

 La improvisación no está muy desarrollada en el ambiente rosarino y los Jumping Frijoles dan clases de ello. Enseñan en escena, se ríen ellos mismos de lo que hacen y eso genera contagio en el público. No cualquiera está capacitado para improvisar, en apenas treinta segundos tienen que armar escenas o recitar poesías. Incluso se ven algunas confusiones en los actores, pero eso se salvaguarda con las risas y algún que otro aplauso de por medio.

 Una hora puede parecerle poco al espectador, lo cual genera que se quede con ganas de más y seguro quiera repetir la experiencia de ver el match. Lo destacable es que no siempre son los mismos actores que hacen los shows, van cambiando dependiendo de los lugares y los días en que se presentan, ya que son muchos quienes integran la compañía. Por lo tanto, cada presentación es distinta no sólo porque son improvisaciones diferentes sino porque también cambian los artistas.

 Una pregunta que surge es por qué después de tantos años ininterrumpidos haciendo el espectáculo siguen presentándose en el ambiente under de Rosario y no optan por lugares más grandes y con mayor capacidad. Aunque, sin dudas, la impronta del show también la otorgan los lugares y el ambiente donde se presentan, y tanto el Café de la Flor como Berlín son los hogares teatrales de los Jumping Frijoles.

 

                

Volver

Buscar en el sitio

Quince en Uno - Rosario, Argentina. © 2013 Todos los derechos reservados.