Hiperconectados por el lazo de las redes

05.07.2013 13:47

Los usuarios de la web se ven cada vez más absorbidos por el boom de los sitios que agrupan personas con los mismos intereses.

(Por Damián Balceda) Resulta difícil concebir una definición universal de lo que es una red social. Sobre todo porque ese concepto se ha visto indudablemente alterado con la presencia de sitios webs que se apoderaron de esa denominación como si fuera propia. Pero las redes sociales existieron desde mucho tiempo antes de que hubiera conexión a Internet. Se trata de un término asociado a un conjunto de personas que se unen con un fin o interés común. Bajo ese criterio se puede aceptar que un partido político encuadra bajo esos parámetros, al igual que una clase de alumnos secundarios, e inclusive la misma familia podría ser considera como la primera de las redes sociales.

Ahora bien, para que este informe tenga mayor fluidez y no se convierta en una conjunción de vocablos difíciles de comprender, es conveniente abordar la temática desde el lado más colorido, del que casi todos conocen con el advenimiento de la Web 2.0. Estas plataformas se convirtieron en verdaderas conferencias virtuales que no parecen encontrar un límite. Algunas más elitistas, otras con fines laborales y hasta están aquellas con motivos ridículos, pero cada una le ha dado una identidad más o menos particular a los millones de usuarios del universo cibernético.

 El común de los especialistas coincide en que el término fue utilizado por primera vez en un estudio del antropólogo John Barnes, quien en 1954 se dedicó a observar las vivencias de una aldea de pescadores noruegos. De allí en más se fue diversificando hasta tomar la forma de blogs, foros y chats. El fenómeno Facebook en 2004 fue un gran punto de partida, ya que su atractiva y variada interfase atrajo personas de todo el globo terráqueo. Sin embargo, esa no fue la primera red que se puso en órbita. Antes pasaron unas cuantas, como MySpace o la desaparecida Sixdegrees, sólo que la popularidad del sitio creado por Mark Zuckerberg sobrepasó las expectativas.

 Alejandro Rost, profesor en periodismo por la Universidad Nacional de Comahue, es palabra autorizada para reflexionar en este tema y en ese sentido admitió: “Las redes sociales aportan interacción, participación y un flujo mucho más intenso y extendido de contenidos e información que se vuelve pública”. En ese punto el patagónico rememoró las palabras de Lorenzo Gomis, quien definía a la actualidad como nuestro “presente social de referencia”, y precisamente una gran parte de ello ahora se encuentra de manifiesto en estas plataformas.

 Por otra parte, el profesor Andreas Schou de la Universidad de Zaragoza, fue un poco más allá y lo analizó desde su rol de especialista en redes sociales. El español destacó que el mundo está entrando en una etapa en la cual no existen los secretos y eso lo hace más transparente. De todos modos el uso indiscriminado a veces atenta con la privacidad y lo público no encuentra reparo. Por citar un ejemplo, el primer gran escándalo que “descubrieron” las redes sociales tuvo como protagonistas a un joven empleado de una reconocida cadena de comidas rápidas, quien fue filmado por un amigo tomándose un baño en el lavadero del restaurante. La cinta pronto apareció en MySpace y le valió la expulsión a los dos chistosos. Al respecto, Rost aportó: “Deben usarse con mucha responsabilidad porque todo lo que se publica allí puede volverse público, por más privado que parezca el entorno”.

 La expansión de estos sitios ha sido notable, tanto así que algunos de ellos pasaron a mano de las grandes compañías. Los casos más resonantes son los de YouTube y Skype. En 2006, Google Inc se quedó con los derechos de la web más famosa de videos por la nada despreciable suma de 1300 millones de dólares, en tanto que hace dos años  Microsoft obtuvo las acciones de Skype por casi 6 mil millones de euros. Estas cifras hacen creer que estos fenómenos representan un centro de atracción único, que se propagó a escalas inimaginables y que por esa razón los magnates de las empresas multinacionales necesitan ser competentes en este nuevo mercado.

 La oferta que existe en la web despliega un abanico interminable de posibilidades. Tal es así que aún no existe una forma universal para agrupar a las redes sociales. Una de las aceptaciones más populares las divide en horizontales y verticales. Las primeras de ellas está referidas a las plataformas que no tienen un tema específico, los usuarios se acercan por un fin puramente ocioso. Dentro de estas se enmarcarían Facebook, Netlog, Hi5 y Badoo, entre otras. Mientras que las asociadas al segundo término a su vez se segmentan según la especialidad que ofrecen. Por ejemplo, LinkedIn con perfil profesional, Pinterest volcada a las imágenes y Twitter en representación de los llamados microbloggings.

 Por su parte, Andreas Schou prefiere separarlas en dos categorías distintas: redes social graph y redes interest graph. Cuando el usuario utiliza esos sitios para conectarse con personas que ya conoce, se habla de social graph. En tanto que, cuando la motivación a conectarse con otros se da por un gusto en común, se dirá que es una interest graph. Cualquiera de las dos clasificaciones parece aceptable y al estar inmersos en un universo que sigue siendo nuevo y está en contaste movimiento, resulta complicado tomar una sola verdad.

 Ambos profesores coinciden en que una red social es atrayente desde varios puntos de vista, sin embargo destacan que debe ser novedosa, original y contener un grupo de usuarios que no se estanque. Aquellas que más crecieron, económicamente hablando, tienen estrecha relación con la aceptación del público. Rost no deja de sorprenderse con el avance que tienen los sitios dedicados a videos cortos, como lo son Vine, Tout e Instagram. De hecho, este último se dedicaba a la compartir imágenes y ensanchó su espectro con la incorporación de pequeños videos.

 El ibérico también sabe de la versatilidad que tienen las mentes humadas para crear, y añadió: “Siempre que haya personas con unos intereses comunes hay base para una red social específica. Existen redes sociales de comida, de niños, de dibujos, de matemáticas. Redes sociales para gatos y perros, hasta para millonarios”. Y para respaldar esas palabras basta con navegar la web y encontrar sitios de los más curiosos. Lost Zombies es una comunidad en la cual los fanáticos intercambian material referido a los muertos vivos y demás cosas aterradoras; CafeMom agrupa a madres de todo el mundo y es muy popular, a tal punto que estuvo cerca de ser adquirido por Yahoo en 2010. Pero por supuesto que tampoco se puede dejar mencionar a MyFreeImplants, una singular red que intenta unir a mujeres que quieren hacerse cirugías plásticas, con hombres que puedan pagar por ellas.

 La gran aldea global, como lo definió el sociólogo Marshall McLuhan, se pone de manifiesto con el boom de las redes sociales. El universo es infinito y las personas buscan constantemente conocer algo nuevo. Los medios de comunicación audiovisual por los que se había visto sorprendido el canadiense, ahora parecen verse superados y hasta contenidos por la masa de información que se almacena en el mundo cibernético. 

Volver

Buscar en el sitio

Quince en Uno - Rosario, Argentina. © 2013 Todos los derechos reservados.