“En principio era mirado como un bicho raro”

17.09.2013 21:23

 

Sergio Rinaldi contó sus comienzos en la comunicación y la dificultad de informar sobre los problemas ambientales.

 

(Por Gisel Moron) Sergio Rinaldi es rosarino. De sus 53 años de vida más de treinta los pasó luchando y acompañando a la población contra los problemas ambientales. Desde los 18 milita en organizaciones ecológicas y fue uno de los precursores del periodismo ambiental en la ciudad. Además es el encargado del Ciclo Ecología que se da cada lunes, desde hace 20 años, en el Centro Cultural Roberto Fontanarrosa.

- ¿Cómo comenzó tu interés por el periodismo ambiental?

- Empecé hace 25 años metiéndome en los medios de comunicación a hablar de medio ambiente. Mi entrada no fue clásica, de una persona que estudia y una vez que se recibe comienza a trabajar. Fue al revés. Yo era militante ecologista desde hacía un tiempo, y nos invitaban a hablar de ciertos temas a varios programas radiales. Yo tenía 23 años y había probado con otras carreras pero con ninguna me sentía cómodo. Fue en esos momentos cuando el ir a la radio me hacía sentir bien que me di cuenta que evidentemente a mí lo que me gustaba era comunicar. Ahí empecé a estudiar periodismo y seguía yendo de invitado a programas. Y eso hizo que de a poco y a los empellones me empezara a quedar en las radios. De repente, cuando un día me descuidé ya estaba incorporado al programa hablando de medio ambiente.

- ¿Entonces arrancaste la carrera sabiendo sobre qué querías comunicar?

- Sí, eso me llevó a abrazar esta profesión y terminar siendo un columnista de medio ambiente. De  los primeros que hubo acá en Rosario. Muchos me preguntan en dónde se estudia el periodismo ecológico, y ahora hay carreras que tienden hacia esas cuestiones como comunicación ambiental. Pero en la época en que arranqué no existía. Yo me metí de prepo porque se juntaban en mí las dos cosas, era un ecologista que trabajaba con estos grupos y además estudiaba comunicación. Entonces cuando me recibí y empecé a trabajar ya tenía definido qué quería ser, quería ser periodista ambiental. Hoy hay muchos, tengo muchos amigos, pero yo fundamentalmente me considero un periodista y ¿de qué hablo? No hablo ni de deportes, ni de espectáculos, que son clásicos, yo hablo de medio ambiente.

- ¿Cómo fueron esos primeros años al tratar de ganarse un lugar en los medios?

- Fue durísimo al principio, era abrirse el propio espacio a los codazos. Lo clásico es el deporte, la política, la coyuntura del momento, el espectáculo, y de repente era mirado como un bicho raro. Obviamente el tema empezó a crecer y hoy hay muchos programas que tienen una persona hablando de medio ambiente. Yo probablemente tenga la ventaja de que soy un militante ambiental, porque primero fui un militante. Estaba en grupos ecologistas desde los 18 años, mucho antes de que me dedicara al periodismo. Y esa base, esos cimientos, hacen que de repente tenga una mirada mucho más profunda. Con el correr del tiempo fui más incorporado por mis propios compañeros. Hoy debo decir que los primeros que me defienden son ellos.

- ¿Te considerás un periodista independiente?

- No soy alguien que llega a una radio y le dicen de qué hablar. Yo hablo de lo que milito, lo mío no es periodismo independiente, ahora que está de moda esta frase. Lo mío es dependiente, porque hago un periodismo donde le doy voz a los que no tienen voz, a la gente que sufre la contaminación, a los que sufren la consecuencia de vivir en un lugar que le desmontan su monte nativo, o le contaminan su rio y tienen muchas cosas para denunciar y decir. Como no todos los medios de comunicación les dan espacio yo le doy voz a esa gente para que proteste. No estoy a favor de las centrales atómicas, de las grandes represas como la de Yacyretá, yo estoy en contra y lo digo. Por eso te digo que no hago un periodismo independiente. Las banderas mías las van a ver claramente expuestas en cada parte de mi discurso.

- ¿Cómo es trabajar haciendo periodismo ambiental?

- Yo trato de ir a los lugares que puedo, siempre y cuando mi bolsillo me lo permita. No siempre tengo apoyo para moverme  e ir a algunos lugares. Rara vez el medio de comunicación me banca esas cosas, de diez me han bancado dos. Todavía no hemos podido superar eso. Debo decir a fuerza de ser sincero que como recién te dije los primeros que me defienden son mis compañeros y los primeros que desprecian lo que hago son los patrones. Pero sí está el afecto que te deja trabajar de esto. Es muy lindo llegar a un lugar y sentirse protegido por la gente. Saben que uno va para ayudarlos y difundir sus problemas, entonces uno es muy abrazado por esa población. No sólo cuando viajás, sino en la misma ciudad. Yo seguí conflictos determinados en Rosario, como la lucha contra las cerealeras en el barrio Malvinas. Marchaba con la gente, le daba espacio al conflicto y seguí todo el proceso, que por suerte se terminó ganando. Y hoy me queda la amistad con los vecinos del lugar, que a pesar de que han pasado 15 años me siguen llamando por teléfono para mi cumpleaños, se acercan a ver mis presentaciones. Entonces eso es lo lindo que te deja seguir y acompañar una lucha, la amistad con la gente.

 Desde hace 20 años Sergio forma parte del Ciclo Ecología. Cine-Video-Debate. Este es un espacio que surgió con la necesidad de mostrar y debatir sobre problemas ambientales con la población. En los años que tiene de vida el ciclo siempre se brindó en el actual Centro Cultural Roberto Fontanarrosa. En los primeros tiempos los miércoles por la noche fueron los elegidos para las charlas. Después pasó a los lunes a las 21, que es el horario y día actual. Cientos de conferencistas, especialistas y funcionarios estuvieron presentes en esos veinte años de debate tratando de demostrar cómo sirve el  cuidado del medioambiente. Este espacio es muy importante en la vida de Sergio. Es por eso que no podía dejar de nombrarlo y recordar cómo empezó con este trabajo años atrás.

 “El ciclo es una cosa importante en mi vida porque comenzó casi por un hecho casual. Hace 20 años trabajaba en LT2, actual Radio 2 y en ese momento era columnista en medio ambiente de Félix Reinoso. En los años que trabajé con él, lo nombraron director del centro cultural, en ese momento Bernardino Rivadavia. Entonces me invitó a acompañarlo haciendo un ciclo de ecología. 'Los miércoles a la noche quiero que proyectes un video y hables con la gente', me dijo el Pelado. Y así arrancamos. En ese momento ni se me ocurría llevar invitados. Era mi alma sola, los videos y charlar con la gente. En el segundo año ya empecé a traer invitados y eso gustó porque se hacía más lindo el debate. Te remato la historia con una anécdota: los dos primeros años fue los miércoles, después cambió a los lunes que es el día actual. Ese primer año Félix Reinoso me dijo 'probamos un mes y vemos cómo anda'. Hace 20 años que está, así que se ve que anduvo bien. Si él estuviera vivo estaría sumamente contento porque fue su idea. Y yo lo único que hice fue sostener el ciclo en el tiempo. Y la verdad que estoy agradecido porque me ha dado y me está dando enormes alegrías”.

 Para celebrar este vigésimo aniversario del ciclo se presentó el documental “Relatos en Patagonia”, dirigido por Leandro Rovere y guionado por el mismo Sergio Rinaldi. Este film  muestra el recorrido de 30 años de amistad entre ecologistas rosarinos y de Puerto Madryn.

- ¿De dónde surgió Relatos en Patagonia? 

- Hace 30 años que voy permanentemente a un pedazo de la Patagonia, a Puerto Madryn y alrededores. Soy un enamorado de la costa y allí desarrollé, cuando llegué por primera vez, unos afectos muy grandes hacia algunos miembros de organizaciones ambientalistas y hacia amigos que no tienen nada que ver con eso. Son como hermanos que tengo allá.  Esto es historia de mi amistad que tengo con la Patagonia y con la gente de allá. Este cariño tiene treinta años, y el ciclo veinte. El tema está en que los primeros viajes los hacía con una cámara y sacaba fotos, entonces volvía y armaba audiovisuales con las diapositivas, iba a los colegios y las proyectaba. Entonces me pareció justo en este aniversario revivir esa historia de los años de viajes y del ciclo trayendo a los patagónicos que me han dado cobijo en estos años que he ido al centro. Necesitaba reflejar la amistad, el cariño y el conocimiento que me transmitieron siempre. Tanto desde Fundación Orcas como Fundación Patagonia Natural, que siempre me acompañaron y se acercaron al ciclo a brindar sus charlas en estos años. 

- ¿Cómo te sentís hoy después de ver el documental completo y sentir el acompañamiento de la gente que estuvo en la presentación y durante todos estos años?

- Poder hacer este capricho hermoso que fue Relatos en Patagonia fue muy lindo. Hoy estoy sumamente pleno y lleno. Me siguen llegando felicitaciones y estoy recibiendo mensajes de mis amigos de la Patagonia, en donde me agradecen y para mí esa es la mejor paga. Nosotros vivimos de vender los documentales, pero sinceramente hoy si se venden o no pasa a un segundo plano. Porque la mejor paga ya la recibí, que es el cariño y las felicitaciones que me llegan. Soy muy feliz porque trabajo de lo que me gusta, y esto es muy importante. Gano miserias porque vivo con lo justo. Pero tengo la enorme satisfacción de decir que los dos pesos que gano son los dos pesos que gano a partir de que hago lo que me gusta,  el periodismo ambiental, la radio, mis documentales y mi ciclo de ecología.

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