El Vilela también habla sobre violencia

22.04.2013 21:34

(Por Sofía Correa) En los últimos meses los empleados de salud pública salen en las noticias por ser atacados físicamente por los familiares de los pacientes. Sin embargo, mientras que las crónicas periodísticas reflejaron cómo fueron golpeados los médicos del Hospital de Emergencias Clemente Alvarez (Heca), la problemática también afecta a otras instituciones. Ese es el caso del Hospital de Niños “Víctor J. Vilela”. Nelly Guaimas, jefa de sala dos, y la enfermera Laura Heredia denuncian esta situación.

En sala dos se tratan a los nenes que tienen patologías clínicas, como con diabetes, neumonías, pulmonías, etc. Nelly hace 15 años que trabaja en esta institución. Si bien ella dice que nunca tuvo problema de agresión física o verbal, cuenta un pequeño roce que tuvo con una madre.

“En ese momento yo estaba en terapia y ahí uno tiene más tiempo con el paciente porque cada enfermero tiene dos como mucho -relató Guaimas-. Yo les voy contando a los padres qué tratamiento les hago a sus hijos. Esta madre era Testigo de Jehová y el médico en ningún momento me dijo a mí o a ella que transfundían al nene y cuando se enteró se la agarró conmigo, entonces comenzó a gritar y yo elevé la voz, sin insultarla, pero queriendo que entre en razón”.

Asimismo, cuenta que esta reacción en ese momento le sirvió pero que jamás lo volvió a hacer, porque su política hacia los familiares es de cordialidad. “Los padres están constantemente a la defensiva y ante cualquier gesto o palabra con autoritarismo ellos responden doblemente peor”, contó la jefa de sala.

Por otro lado, Laura Heredia, enfermera que ya hace ocho años y nueve meses que trabaja en este hospital, cuenta que en general ella tiene una buena relación con los padres de los pacientes. También habla de mantener una cordialidad, respetar a la otra persona y no tener más diálogo que el necesario.

De esta forma, Heredia declara: “Hace cuatro años, estando embarazada, tuve un problema con una madre porque ya le habíamos pedido dos veces que se retire, porque había terminado el horario de visita. En esa habitación todavía estaban cuatro personas más, entonces fui a llamar al policía para que les pida que se retiren. La madre me arrinconó y en ese momento una compañera le frenó la mano para que no me pegara”.

La enfermera mencionó que casi a diario tienen que intervenir los policías que están en las entradas del establecimiento. Ella cree y ve que hoy en día los familiares están mucho más agresivos, que amenazan, rompen lo que tengan a mano y que, en muchas ocasiones, están armados.

Ambas profesionales creen que los enfermeros y profesionales de la salud están desprotegidos. “Desde la política de la seguridad todavía no se ha implementado nada que pueda proteger a los empleados. Si en el Heca, que tienen tres tipos de vigilancia, golpearon a una médica, acá que hay un solo policía en cada puerta es peor”, asegura Guaimas.

Heredia opina algo similar: “Estamos desprotegidos primero porque los padres creen que los enfermeros somos los únicos responsables de lo que les pasa a sus hijos. Por cualquier motivo te insultan y te quieren hacer juicio. No nos respetan como al médico, se nos culpa por la reacción que tiene el niño ante el medicamento”.

La enfermera dice que se están tomando medidas para que estén un poco más seguros, como por ejemplo cerrar los accesos al hospital en horarios nocturnos y que sólo se pueda ingresar por la guardia. Pero la Jefa de sala piensa lo contrario y cree que hay que poner más seguridad. “Ojalá se tomen cartas en el asunto, pero por ahora nos tenemos que cuidar entre nosotros”, concluye.

Volver

Buscar en el sitio

Quince en Uno - Rosario, Argentina. © 2013 Todos los derechos reservados.