¿Cuál es la situación de los paramédicos en la ciudad?

21.10.2013 23:57

 (Por Josefina Casanovas y Gisel Morón) El último año se visualizó un conflicto que abarcó a un sector del sistema de salud de la ciudad. Pero en realidad el dilema no comenzó en el 2012 sino que trae una mochila de seis años de disputas por el que luchan los técnicos en emergencias médicas (TSEM), más conocidos como “paramédicos”, para tener su colegio y ser reconocidos a nivel nacional. El punto de inflexión se dio el año pasado cuando desde el Ministerio de Salud de la provincia de Santa Fe se dictaminó la resolución N°1746, a partir de la cual no se permitía la apertura del ciclo lectivo 2013 en los institutos en los que se dictaba la carrera.

 La carrera comenzó gestarse en Rosario hace 19 años, pero se oficializó en 1999 con la creación del Instituto Superior Particular Autorizado Nro. 4078, conocido como RET. Pasó el tiempo, la profesión fue creciendo y por eso en el año 2004 se iniciaron gestiones por parte de la Asociación de Técnicos Superiores en Emergencias Médicas (Atsem) para que el Colegio Médico sea el encargado de la matriculación de los TSEM recibidos.

 Ese mismo año el Ministerio de Salud provincial estableció la resolución 104/04 que determinó lo siguiente: “Artículo 1º: Apruébanse las normas para la incorporación en el marco de la reglamentación de la Ley, del Técnico Superior en Emergencia Médica como Recurso Humano médico de los servicios médicos extra hospitalarios para la asistencia no programada y/o en tránsito mediante unidades móviles”. Es decir, que con esta normativa la profesión se incorporaba de manera oficial al sistema de salud provincial.

 En el 2006 el Ministerio de Educación, en su resolución 750/06, otorgó el título oficial definitivo a la carrera de Técnico Superior en Emergencia Médicas. A partir de esto pasó a tener validez oficial ya que sus incumbencias profesionales habían sido aprobadas. Sin embargo, en ese mismo año los trabajadores comenzaron a movilizarse para que estas resoluciones se convirtieran en leyes y para obtener una debida rematriculación.

 A partir de aquel año el conflicto comenzó a desatarse y continúa sin resolverse. En relación con ello, Claudio Escudero, enfermero graduado en la Universidad Nacional de Rosario y paramédico (RET), puntualizó: “Luchamos para que estas resoluciones sean leyes y que se presenten en la Nación, pero eso nunca sucedió por parte de la Provincia. Quedaron en dos resoluciones ministeriales que ya sabemos como terminaron”.

 Como si esto fuese poco, el año pasado la resolución N° 1746 derogó las dos anteriores y dispuso el cierre de la carrera para el ciclo lectivo 2013. Aquí la disputa tocó fondo y los profesionales dejaron en evidencia a través de los medios de comunicación su disconformidad por las medidas tomadas. Hoy, el tema “paramédicos” está en boca de todos pero nadie parece encontrar una solución.

 Este fallo dictaminado por el Ministerio de Salud provincial decreta en distintos puntos que la figura del Técnico Superior en Emergencias Médicas no está reglamentada ni establecida a nivel nacional. Además considera que no existe una definición para la profesión y que no cumple con la currícula adecuada para formar parte del sistema de salud santafesino.

 Según los paramédicos, el peso de este conflicto recae sobre el Ministro de Salud de la provincia. Consideran que fue Miguel Capiello el que puso el sello y su firma permitió que la resolución 1746 tenga efecto. Sobre aquella decisión, Luciano Gandini, director del instituto RET, vociferó: “Capiello firmó y ni sabe qué hizo. Los técnicos lo asesoraron mal y ahora evidentemente quiere solucionar las cosas antes de las elecciones y nosotros aprovecharemos eso para generar algo a largo plazo no solamente por la campaña”.

 En sintonía con ello, Escudero sostuvo que el Ministro de Salud firmó la resolución con mucho “desconocimiento e ignorancia” de lo que es su profesión. De todos modos, el paramédico reconoció: “Después de lo que ocurrió en calle Salta hay un cambio de mentalidad en ese sentido. Cuando hubo dotaciones de chicos día tras día, cuidando a los rescatistas, a los familiares que estaban en vigilia, se dio cuenta cuál es nuestra tarea, por qué somos necesarios”.

 Ante esta situación desde el RET, instituto en el que se dictaba la tecnicatura, continúan sin entender la decisión que se ha tomado. “Dicen que la apertura estuvo arreglada, y como salió mal desde el vamos todo fue erróneo. Entonces para ellos lo mejor fue cortar desde lo sano, cerrar la carrera, anular las resoluciones que incorporan al paramédico y listo”, reconoció Gandini.

 Por su parte el Director de Enseñanza Privada de la provincia Germán Falo manifestó que si bien en su momento la tecnicatura tuvo la aprobación, con la llegada de esta gestión se plantearon algunas inquietudes sobre la real inserción de esta carrera. “Empezamos a analizar algunas cuestiones que tenían que ver con el perfil del egresado y los alcances que tenían en emergencias médicas, por lo que planteamos que esta situación no podía seguir así y propusimos una reconversión de la carrera”.

 En cuanto a la modificación del plan de estudio desde el gobierno argumentan que es necesaria para hacer efectiva la inserción de los técnicos en el modelo de políticas públicas de salud que está vigente en la actualidad en la provincia. “Nosotros creemos que Santa Fe tiene un sistema de salud que probablemente sea el mejor del país pero establecido tal cual está -prosiguió Falo-. Con una formación específica para médicos, enfermeros y un equipo de emergencias que la verdad es un ejemplo”. No obstante aseguró que están trabajando para entender el otro punto de vista, para encontrar utilidad plena a esta formación que ellos han tenido hasta ahora.

 El conflicto no sólo se presentó en Rosario, sino también en Santa Fe. La diferencia es que allí se llegó a un acuerdo con el instituto en el que se estudiaba la carrera. Esto se dió a partir de la aceptación de una de las propuestas establecidas por el gobierno: la de dejar de formar técnicos superiores en emergencias médicas y empezar a formar enfermeros que hacia los últimos años tuvieran una especialización en el ámbito de emergencias.

 “Las autoridades del instituto lo entendieron como una posibilidad interesante y aceptaron la propuesta. Es así que este año ellos ya empezaron a dictarla. Las personas del instituto de Rosario no estuvieron de acuerdo con este primer planteo y fue ahí donde se generó de alguna manera el problema. Y a partir de eso tuvimos distintas reuniones y posibilidades de dialogar. Ellos hicieron sus manifestaciones públicas, un poco duras tal vez y no facilitadoras al diálogo pero seguimos conversando tratando de encontrar alguna alternativa”, explicó Falo.

 Desde el otro lado, Gandini comentó esta postura y aseguró que siempre fue la misma de parte del gobierno, con la que ellos no están de acuerdo: “Siempre nos dijeron que fuéramos enfermeros especializados y para nosotros no debe ser así”. Es por eso que planteó que si bien hay un hilo conductor que los une, el atender pacientes, es muy distinto para lo que se perfecciona cada especialidad. “El enfermero desde la concepción del profesional es distinto, se prepara para trabajar en el hospital o clínica y el paramédico para hacerlo en el pre-hospitalario, es decir por fuera del hospital”, declaró.

 En relación a esto Crisitan Bottari, miembro de la Dirección Provincial de Accidentología y Emergencias Sanitarias, se mostró en desacuerdo con lo planteado por los paramédicos y declaró: “Yo pondría en disputa la diferencia, para mí un enfermero está muy preparado para trabajar tanto en un hospital como en la calle. No lo pondría en cuestionamiento, son profesionales, y decir que no están capacitados para afrontar una emergencia es totalmente erróneo”.

 Asimismo los técnicos plantean un lugar indiscutido de su perfil en la sociedad y en las ambulancias. Es por eso que piden una jerarquización de los móviles de salud, a partir del cual se los pueda incorporar al sistema planteado por este gobierno. Es decir, que en las emergencias se presenten un médico, un enfermero y el paramédico. “Nosotros venimos a completar un equipo de trabajo, consideramos que un chofer no está capacitado para afrontar estas situaciones, como sí lo estamos nosotros con tres años de formación. Esto tampoco quiere decir que estamos en contra de ellos, por ahí esa confusión también se presta a una mala atribución y nos tratan de arrogantes”, manifestaron.

 Con respecto a esto, desde Educación Germán Falo apeló nuevamente a una disposición que no permite llevar adelante lo propuesto por la otra cara del conflicto. La normativa de habilitación para los móviles de traslado sanitario vigente a nivel nacional (Resolución MSyAS N° 794/97) no prevé entre la plantilla de recursos humanos necesaria para la habilitación de estos móviles la actuación de estos técnicos, sino que reserva la dotación a conductores, médicos y enfermeros, acorde al nivel de complejidad del traslado. Es por eso que señaló: “La normativa establece que en una unidad deben subir el médico y un enfermero, ambos con títulos correspondientes, y un chofer que no se le exige un título sino que tiene que tener una capacitación mínima en algunas cuestiones de atención en emergencia. Pero no existe ninguna figura que sea la de técnico superior en emergencias. Entonces ellos no están reconociendo que hay una limitación legal para su inserción en el ámbito de la salud. Y pretenden que se modifiquen resoluciones cuando nosotros no estamos de acuerdo”.

 Pese a las diferencias señaladas, a fin de 2012 las partes habían llegado a un acuerdo en el que se habían establecido varios puntos para finalizar el dilema. Aunque este convenio tampoco tuvo éxito. Escudero afirmó que el gobierno no cumplió dos de los puntos. “Nos prometieron profesionalizarnos y pasar al ámbito universitario, lo cual a nosotros nos llenó de gusto, no importaba el lugar -continúo-. Nos dieron dos posibilidades: el Italiano y la Universidad Abierta Interamericana (UAI). Se empezaron las tratativas y nunca se llevó a cabo. Tampoco hubo un acompañamiento por parte de Capiello más que unos llamados telefónicos. Ellos se desentendieron del tema”.

 “Otro de los puntos del pacto era que el gobierno apoyara económicamente al instituto para los chicos que están terminando porque es una carrera del Ministerio de la Nación, por más que el instituto sea privado, y tampoco llegó esa ayuda. Por eso nosotros estamos ad honorem”, insistió Escudero. Del mismo modo, el enfermero comentó que lo que a ellos les tocaba cumplir, lo hicieron. Estos puntos eran: ponerse a disposición si hubiera una tragedia y no reabrir la carrera.

 En lo que va del 2013 se han llevado a cabo muchas reuniones y pareciera que el acuerdo está en puerta. Por lo pronto, se sigue deliberando acerca de cómo reformular y regular esta nueva profesión. Por el lado oficial, Falo aseguró que han hablado con las autoridades nacionales para que aceleren una definición en esta línea pero hoy no hay ningún marco de referencia y por lo tanto no debería haber ninguna carrera nueva en esta área

 “Nosotros acá tenemos un conflicto y una intención seria de que estos chicos que ya se están formando, o ya tienen el título, puedan realmente volcar su pasión, entusiasmo, trabajo, su profesionalidad e insertarse en el ámbito de salud. Estamos buscando una alternativa que tampoco va a ser totalmente definitiva porque después habrá que trabajarlo con Nación para que estos marcos de referencia se creen, se construyan y se adecuen a la actual normativa”, argumentó el director de Enseñanza privada. Por su parte, el ministro de Salud , Miguel Capiello, declaró: “Creo que se están arreglando ya, hay un acta acuerdo que han firmado. Por lo que tengo entendido, intervino el director de la Dipaes (Jorge Steller) y están contentos”. En cuanto a la reformulación de la carrera, el ministro expresó: "Es necesaria y es lo que han firmado".

 De la misma forma Botarri reconoció el diálogo y al igual que Germán Falo se mostró positivo en cuanto a la solución. “Hay que encuadrar dentro de un área y darle un formato. Esto va a llegar a buen puerto. Lo que estamos buscando es una situación favorable para nosotros y para ellos, porque el recurso humano es lo que más valoramos en este momento, entonces le queremos dar cabida en el sistema de salud”, concluyó.

 Desde la otra vereda, Escudero aseguró que lo que ellos quieren es que la profesión siga. “Nosotros creemos que esto es una vocación de servicio más que una profesión, es un estilo de vida -prosiguió-. Somos necesarios porque hay un ámbito nuevo en la medicina que es el pre-hospitalario que en nuestro país está un poco atrasado en referencia a otros países”. Del mismo modo, el especialista agregó que en Argentina no se realiza lo mismo que a nivel mundial en cuanto a la atención de emergencias. “Acá la idea fue siempre cargar y llevar cuando la tendencia a nivel mundial es: llegar, estabilizar, y realizar algunas acciones que se deben hacer en la escena pre-hospitalaria. Después trasladar al lugar adecuado y en el tiempo correspondiente. Esa es la definición del servicio de emergencias médicas”, señaló.

 Para finalizar, Gandini explicó que hay dos cosas para tener en cuenta: una es el proceso de regularización a nivel nacional de la figura del paramédico y la otra es que en la provincia no se caiga la figura. “Si se cae la carrera pero se genera otra no hay problema, lo importante es tener el apoyo del gobierno, si estamos en contra no va a salir, es imposible”, remató.

 Desde el comienzo del conflicto hasta la actualidad, los cambios no han sido sustanciales. A los pedidos del 2006 se añade ahora la reapertura de la carrera. Desde su lugar, los funcionarios aseguraron que están cerca de un convenio. Sin embargo, pareciera que los objetivos y los perfiles a los que apuntan no son los mismos. La opción más viable es formar parte de la carrera de enfermería pero los técnicos superiores en emergencias médicas no están de acuerdo con ello. Es notable la diferencia que existe entre la postura de ambas partes y, a pesar del optimismo, la resolución no parece factible.

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