Barriletes cósmicos que recrean el mundo

26.08.2013 21:53

 

 Geminale en “Lo que la viruenta se llevó”.

 

 Sabio en plena acción en la feria medieval en España.

(Por Josefina Casanovas) Los artistas y sus obras hacen que la vida de los demás sea más simple y amena. El arte envuelve toda la existencia humana porque el arte es lo más humano que existe. La música, la escritura, la pintura, el teatro y todas las expresiones del hombre es lo que lo constituye y diferencia de las otras especies. Las manifestaciones estéticas acogen a las personas y moldean sus subsistencias.  

 Sin embargo, para los que tienen al arte como su trabajo no es tan fácil. Marcela Sabio es compositora, actriz, regista y narradora oral escénica. Egresada de la Universidad Nacional del Litoral, con post grado en Proyectación Arquitectónica y Puesta Escénica, estudió de regisseur en Capital Federal y estudios internacionales de especialización en poética escénica, oralidad y narración oral escénica. También es la delegada en Argentina de las Cátedras Iberoamericanas y del Foro Internacional de Narración Oral (FINO) con central en México.

 Germán Geminale pertenece al grupo Sarna con Gusto  donde actúa, dirige y diseña. Realizó la Tecnicatura Superior en Teatro en la Escuela Provincial de Teatro de Rosario. A pesar de su extensa trayectoria (Aire de radio, Tosca Callejerta, Corazón de Biscochuelo, entre otras), Geminale se sumergió en este mundo cuando ya era un adulto. Anteriormente cursó la carrera de arquitectura en la Universidad Nacional de Rosario (UNR) pero no la finalizó.

  “Yo creo que nunca dejé de ser un actor y dibujante, sólo que eso quedó dormido. También por el prejuicio de tener una profesión redituable y esas cosas, me metí en arquitectura. Tenía ese formato, el de tener una profesión. Son esos mandatos que vienen socialmente”, manifestó el actor. Sin embargo, Geminale contó que un día reapareció aquello que estaba adormecido y cuando llegó a ese lugar, se dijo asimismo “acá me quedo”. 

 “Al principio, económicamente, me fue muy mal -continúo-. Comía pan con perejil pero como no tengo padres ni hijos, nunca me importó la situación estable y las garantías económicas no eran un motivo fundamental”. El dramaturgo comentó que en el comienzo lo padeció porque en algún momento tuvo un buen empleo y se iba a esquiar en vacaciones. No obstante, el hombre aseguró que eso quedó en otro plano. “No podría volver a ese esquema. Yo tuve confianza que eso era lo que quería hacer y sentía. No encontraba los límites, las fronteras eran todo lo que podía seguir haciendo y le di para adelante, apreté el acelerador y confié que la montaña iba a venir a mí”, agregó.

 Por su parte, Sabio expresó: “Vivir del arte es difícil porque todavía en nuestras sociedades pesa esto de la fábula de la cigarra y la hormiga. Yo he ido al aeropuerto y en mi pasaporte tengo ‘artista’ y me preguntan pero ¿de qué trabaja? Trabajo del arte. Todavía la cigarra es la bohemia que merece no comer y morirse de hambre en invierno por estar cantando. Desde muy chica cuando mi papá me leía ese cuento, lloraba y me preguntaba por qué si el artista le da su pan de belleza al otro ser humano, a la hormiga”.

 Asimismo, la narradora oral comentó que la gente la adjetiva como la “bohemia”. “Y no es así, hay que trabajar mucho y más cuando uno está en lo creativo. Tiene que ensayar, escribir, estar estudiando y  ensayando con su cuerpo”, aclaró. “Es para mí muy gozoso vivir del arte pero también implica mucho trabajo y por supuesto no está bien pago. Y algunos te dicen 'si vos esto lo disfrutás, ¿cómo vas a cobrar por eso?' Cobro porque es mi trabajo y como cualquier ciudadano pago mis impuestos y tengo que vivir y seguir  pagando cursos y posgrados”, argumentó.

 En sintonía con Sabio, Geminale sostuvo que vivir del arte es lindo, incierto y libre. El integrante de Sarna con Gusto explicó que en Rosario hacer teatro independiente es complicado a nivel social porque se circunscribe a un circuito y eso lo hace mucho más complejo. “Yo no sé cuánto voy a cobrar el mes que viene, vivo con esa incertidumbre que no me causa dolor. Por eso hay que emprender muchas cosas a la vez, si no, no llegás”, explicó, y añadió: “Cada obra es ponerse a estudiar, abrir un mundo. La obra te empieza a exigir una determinada información, aprendizaje y técnica, siempre”.

 Como delegada de Argentina de las Cátedras Iberoamericanas y del Foro Internacional de Narración Oral, Sabio tuvo la posibilidad de recorrer el mundo. Debido a esas experiencias confirmó que en algunos países es un poco más fácil vivir para el artista. “Yo en otros países viviría mucho mejor, económicamente hablando, pero mi elección fue quedarme en Argentina. Incluso en la época de la crisis (2001) estuve trabajando en Costa Rica, vivía muy bien e incluso ahorraba para mandarle a mi familia”, remató.

 A pesar de ello, la profesional decidió volver al país porque se siente muy identificada con las raíces. “Yo soy hija de este país que con todas sus contradicciones amo profundamente y creo en él. Creo en el pueblo y, como dice Galeano, en este mundo que a veces parece un campo arrasado por la guerra todavía seguimos creyendo que está preñado de maravillas. Yo creo que esta Argentina está preñada de ellas”, insistió.

 Ellos, los artistas, que viven adentro de ese mundo rodeado de personajes, palabras, títeres, pinturas y canciones van y vienen entre la realidad y la ficción. Sin embargo, todas las personas lo necesitan. En palabras de Sabio: “En momentos muy difíciles que todos tenemos, más allá del lugar social en el que estemos, el arte no sólo te muestra otra manera u maneras de ver la vida, sino que si es necesario permite moldear la realidad”.

Mejor escucharlo en boca de ellos…

-¿Cuál es tu concepción de arte? ¿Te identificás más con lo tradicional?

Germán Geminale: 

Marcela Sabio: La palabra en situaciones como catástrofes

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