Arte en paredes

20.05.2013 21:40

El movimiento cultural Acción Poética, surgido en Monterrey hace más de 15 años, ahora se encuentra en Rosario con más de 30 miembros. Paredes blancas donadas y letras negras diferencian su trabajo. 

 

 

(Por Melisa Concepción) Rosario es una de las ciudades más importantes del país pero, también, una de las más sucias, ya sea por la cantidad de habitantes o por la mala educación de quienes viven en ella. Papeles tirados a lo largo y ancho de todas las veredas y calles, bolsas de basura desparramadas por los cordones y paredes deterioradas, son las postales más visibles de la Cuna de la Bandera, tanto en el centro como en los barrios. Sin embargo, un grupo de jóvenes intenta embellecerla  a través de la cultura.

Acción Poética Rosario (APR) es un grupo de 30 jóvenes que se juntan los domingos a las 17 en la Plaza Sarmiento (Entre Ríos y San Juan), y de allí parten a diversos lugares a  plasmar poesía en las paredes de quienes las donan. Eso ya es algo que los diferencia de cualquier artista que pinta un graffitti e incurre en vandalismo.

 La Acción Poética nació en Monterrey, México, de la mano de Armando Alanis Pulido, hace más de 15 años. A través de las nuevas tecnologías y las redes sociales se fueron creando distintos grupos en todos los países de Latinoamérica, y de la última creación que hay conocimiento es en África. La primera ciudad argentina que la adoptó fue Tucumán y a Rosario llegó en febrero de este año. Rocío Ranciari, estudiante de música y miembro de APR, contó: “Camilo, un chico de acá de Rosario, fue el precursor, un día salió, pintó y dijo: 'Voy a firmar Acción Poética Rosario'. Armó una página y mucha gente se sumó. Fue improvisado”. De a poco se fueron juntando más personas y hoy son alrededor de 30 miembros que pintaron más de 20 paredes de la ciudad.

 Acción Poética se distingue de las pintadas en general porque tienen ciertas bases: deben pintar sobre paredes donadas o que ya estén escritas, las tienen que blanquear y pintar las letras en negro; las frases deben ser entre ocho y diez palabras, para ser leídas al paso; y cada grupo que comienza debe pintar ciertas frases que son del fundador, como: “Sin poesía no hay ciudad”. Camila Altamura, estudiante de Derecho y participante de APR, destacó que al grupo rosarino lo diferencia que hacen pintadas para fechas especiales, como el Día de la Mujer, el Día de la Memoria, Día del Trabajador, entre otras.

 Felipe González es un músico oriundo de Chile y llegó a Argentina hace un mes con una mochila, una guitarra y algunos libros. Su destino era Buenos Aires pero algo ocurrió en el trayecto: conoció a la compañía Músicos Tangueros Rosarinos (Mutar), fue a un encuentro y se enamoró del género musical. Luego descubrió que la ciudad brindaba la posibilidad de estudiar gratuitamente y a sus 28 años se anotó en la Facultad de Medicina. Por casualidad dijo que pasó delante de una pared y vio una frase que le llamó la atención: “Y si Dios fuese mujer? Qué lindo escándalo sería”. Estaba firmado por APR, se contactó con ellos y al domingo siguiente ya estaba en la plaza esperando por pintar.

 La historia de Felipe resulta atractiva por diversos motivos. Él ya tenía experiencia en la cultura callejera, hace ocho años cuando dejó atrás a su Iquique natal, se instaló en Santiago, lugar al que llama “su refugio” y comenzó el Movimiento Frente Poético Felipe González. “Era un trabajo personal, más cabeza. Era más político, anarquista, resentido, de decepción. Lo llevaba  a cabo de manera ilegal, con spray, en formato graffitti. A las 4, 5 de la mañana me ponía en pie a rallar y escribir como nene de cuatro años porque tengo una letra horrible. Trabajaba en el sur de Santiago en barrios marginales: Maipú, Pudhauel, Lo Prado, Renca, desconociendo lo que pasaba en México, Monterrey, con la Acción Poética”, detalló el joven artista. Al llegar aquí se dio cuenta que se podía trabajar fuera de la ira, el desamor, la rabia. “Puedo escribir cosas lindas sin ‑­ofender. Acá busco la belleza. Hay belleza en que la pared sea blanca y dejarla distinta, es otra cosa a hacerlo con spray”, destacó.

 A diferencia de lo que hacía Felipe con su movimiento, APR se da a conocer a través de las redes sociales a toda la comunidad. El artista, sobre su anterior forma de expresarse comentó: “Yo lo trabajaba de manera más anarca, no lo registraba en fotos, era sólo para el que lo viera, no tenía Facebook. En cambio acá hay una organización. Yo necesitaba expresarme. Fue intuición, por eso nunca lo registré. Pero lo firmaba FG”. Además dijo sentirse gratificado por ver que en otros lugares sucedía de manera distinta lo que él también realizaba pero en forma más “punki”. “Me fue sano porque me cambió la visión. Aprendí a trabajar en comunión, desligándome de dogmas políticos. Haciendo un trabajo netamente poético y cultural”, sumó, y calificó a la labor de APR como “revolucionaria porque está en las calles”, accesible e integradora.

 Por su parte, Altamura expresó: “La idea es que llegue a todos, que cada uno lo vea desde su punto de vista”. El movimiento poético no está bancado por ningún partido político ni grupo de otra índole. El fondo para la pintura sale de los bolsillos de cada uno de los integrantes y de las fiestas que realizan para recaudar fondos. Sobre la forma en que se plasman las palabras en las paredes describió: “Hay dos o tres que tienen letras lindas y ellos hacen la base, los demás vamos rellenando y remarcando. Todos hacemos algo”.

 Felipe González eligió darle un tono más romántico a la descripción: “Todos funcionamos como un cuerpo humano: la mano, el corazón, la pierna. Si no está la pierna no podemos correr, sin el ojo no podemos ver bien. La colectividad de este grupo fue lo que me sedujo y atrajo”.

 Si bien las paredes están al alcance de todos y quien tenga ganas de pintar y formar parte del movimiento poético puede hacerlo, algunos optan por criticar detrás de una pantalla. Aunque según los miembros del grupo, de todos los comentarios que reciben sólo el cinco por ciento representa una crítica. “No somos Dolce Vitta, no se puede agradar a todos. No somos de oro para que todos nos valoren -contó el artista chileno-. Me gustan los desafíos de provocar y las críticas llegan porque generan algo”.

 

 Sobre los objetivos del grupo, Altamura contó: “Queremos que la poesía esté accesible, que se vean pintadas distintas a las que se ven siempre, que transmitan otra cosa y que lo tomen o dejen desde el punto de vista de cada uno y hacerlo propio. Yo tenía inquietudes, me gustaba el movimiento por la cuestión de embellecer la ciudad. Y que la poesía no se limite a un sector, un libro o biblioteca, que también esté en la ciudad y en la calle”. Lo destacable del movimiento es que no se limita a pintar en el centro de la ciudad sino en cualquier rincón donde un vecino done su pared, o encuentren un espacio donde plasmar la poesía.

 González agregó que APR lo que hace es generar accesibilidad para quienes no están acostumbrados al mundo de las letras. “Genera una emoción para bien o para mal. El nombre Acción Poética se refiere a que en física toda acción genera una reacción. Me gusta provocar, todas las artes generan emociones, odio, amor. Quiero aportar, dar mi granito de arena. Es una necesidad de compartir con gente involucrada en la poesía, la literatura, las letras. Que sirva”, exclamó.

 Rocío Ranciari, por su parte, contó que le encanta la dinámica del grupo. “Compartimos valores y actitudes. Se arman debates todo el tiempo. Somos todos parte de lo mismo”, añadió. Se considera una lectora voraz a quien le apasiona la poesía, y en relación a APR definió: “Es como plasmar el amor a las letras, compartirlo y contagiarlo. Es un trabajo social, la gente en los barrios te cuenta que quieren hacer mucho pero no hay interesados”.

 Camila Altamura invita a todo aquél que quiera sumarse a que lo haga, ya que es un grupo abierto. Mientras que Felipe González propone a la gente que visite la página. “Ya con algunas frases que los conmuevan o enfurezcan la invitación está hecha”, resumió.  No hubo ningún encuentro aún entre Acción Poética Rosario y otras acciones de diferentes lugares. Sin embargo, el músico considera que conoce a los integrantes de los otros movimientos por las paredes. “Se plasman los pensamientos y el sentir de cada uno que participa en la escritura”, agregó.

 Además, González contó que aún siguen sus ganas de hacer lo que hacía en otros tiempos porque allí se expresaba de manera personal, aunque creció mucho artísticamente junto a APR. Y ya que la música, su actividad central, lo lleva a vivir por temporadas en diversos lugares aseguró que va a firmar pintadas con Acción Poética Rosario en todos los países que visite. “Voy a llevarlo a Perú, Colombia, Ecuador, Bolivia y cuando vuelva a pisar suelo chileno afuera del supermercado más importante, que se llama Líder, pintaría: 'Ningún supermercado es mi líder'”, aventuró.

 Por eso González realiza un llamado a todos los lugares que no tengan una Acción Poética a que lo hagan. “Aquellos que escriben en sus casas y en papeles que se arrugan y se ponen feos con el tiempo que salgan a la calle, pinten y se masifique, lo recomiendo. Así como se ve afanar en las calles, también se puede ver poesía”, sumó. Y como remate dijo: “Si las drogas llegan a toda Sudamérica, ¿por qué no la poesía?”.

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